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Rostro bronceado a salvo de arrugas, manchas y flacidez

Lucir un tono favorecedor sí, pero no a cualquier precio. Con estos consejos no sólo lograrás un moreno más bonito, sino también más saludable y duradero

Yolanda Pardo

Con la llegada del buen tiempo, el objetivo es lucir una piel más bronceada. Para lograrlo, hay que extremar las precauciones, sobre todo en el rostro, donde la piel es más fina y sensible. De lo contrario, el sol puede dejarnos un mal recuerdo en forma de manchas, arrugas, descolgamiento, etc.

El 59% de las españolas reconoce que se quema al menos una vez cada verano y eso hay que evitarlo a toda costa.

Prepara bien la piel antes de tomar el sol

Antes de tomar el sol conviene poner a punto la piel. Te explicamos cómo.

Piel de estreno. Una o dos veces por semana, exfolia la piel. Te servirá para eliminar las células muertas y así conseguir un bronceado más homogéneo y duradero.

Doble hidratación. Usa la hidratante al menos dos veces al día. Esta rutina compensa la pérdida de agua de la piel tras tomar el sol. A partir de los 45 años la piel adelgaza, pierde elasticidad y firmeza y se reduce la capacidad de retener el agua en su interior, por lo que se deshidrata más fácilmente y las líneas de expresión se convierten en arrugas.

La dieta, tu aliada. Los alimentos que contienen betacaroteno –la zanahoria, el albaricoque, el melón, las verduras de hoja verde (kale, espinacas...) son los que más aportan– ayudan a preparar la piel antes de la exposición solar, ya que aumentan la producción de melatonina, lo que favorece y acelera el tono dorado. A la vez, frutas y verduras son ricas en sustancias antioxidantes, como la vitamina C (de frutos rojos, pimientos o cítricos), que reducen los signos de envejecimiento. Tendrás los mejores aliados para conseguir tu objetivo.

Nutricosmética solar. Estos complementos incluyen, por ejemplo, ácido hialurónico, vitaminas, colágeno, etc. para proteger la piel de las radiaciones, activar y prolongar el bronceado y evitar la formación de arrugas. Suelen empezar a tomarse 15 días antes de la exposición al sol y se finaliza 15 días después de que ésta acabe. Pregunta antes a tu dermatólogo por si hubiese alguna contraindicación.

Cuida tu piel mientras tomas el sol

Y llegó la hora de dejar que tu piel se exponga a los rayos de sol. ¡No la dejes sola ante el peligro!

Sé generosa. Los expertos recomiendan no escatimar crema solar: para la piel del rostro, la cantidad adecuada son dos líneas extendidas en dos dedos. Es aconsejable aplicarla 30 minutos antes de salir de casa y reaplicar cada 2 horas.

Mujer poniéndose crema solar en el rostro.

Protégete siempre. Bajo la sombrilla también necesitas aplicar una crema con FPS 30 (protección alta) si tu piel es oscura y FPS 50+ (muy alta) si tienes la piel muy blanca o sensible. Además, deberías optar por protectores solares antimanchas, que sirven tanto para evitar su aparición como para reducir las que ya existen gracias a sus activos despigmentantes.

No cruces el límite. Se acabaron las interminables jornadas al sol. Como mucho, puedes tomarlo unas pocas horas al día –1 hora es el tiempo máximo ideal–. Si te excedes o te expones sin protección, la radiaciones llegan a niveles profundos de la dermis y dañan el colágeno y las fibras de elastina. Sin estos tejidos de sostén la piel empieza a perder firmeza y a envejecer.

Trucos para mantener un bonito color de piel

Gestos básicos. Lavarse la cara con agua fría ayuda a estimular la circulación, lo que tonifica la piel y evita la flacidez. El agua caliente, aparte de conseguir justo lo contrario, hace que el bronceado desaparezca más rápido debido a su efecto deshidratante. Luego, sécate con la técnica "pat dry", o lo que es lo mismo, dando pequeños toquecitos y, finalmente, aplica una generosa capa de "aftersun".

Refresca y repara. Prolongar el uso del "aftersun" varios días o semanas después de la exposición marca la diferencia. Y es que este cosmético, además de hidratar, calma y repara daños.

Mimos nocturnos. Deja para tu cuidado facial nocturno las cremas con vitamina E y vitamina C. Por su poder reparador, minimizan los daños del sol y previenen las manchas del astro rey.

Potencia el moreno con el maquillaje

MEJILLAS A JUEGO. Da protagonismo a tus pómulos con un color acorde a tu recién estrenado bronceado: coral, rosas más subidos, tonos tierra...

ILUMINADOR. Es uno de los productos clave para resaltar el moreno. Escoge uno coloreado ya que los pigmentos rosados, marfil, dorados o cobre resaltarán tu bronceado aún más.

LABIOS ENCENDIDOS. Rojos, anaranjados y corales son los colores que mejor van. Reserva los burdeos o los nude para el próximo otoño.

MIRADA EXTRALUMINOSA. Para que el bronceado no te reste ni un ápice de luz, apuesta por los lápices de ojos de acabado metalizado –en teja, azul, verde musgo, etc.– y las sombras de ojos de acabado «gloss».

UN TOQUE EXTRA. Bastan unos ligeros toques con polvos de sol para acentuar o prolongar el tono canela. Si te los extiendes mientras sonríes, te quedarán perfectamente difuminados.