Pronto
Cerrar

La base de maquillaje que te hará parecer más joven

Unifica el tono de la piel, corrige imperfecciones y, a partir de cierta edad, debería aportar frescura y naturalidad. ¿Realmente le estás sacando todo el partido que tiene a tu base de maquillaje?

Aprende a utilizar la base de maquillaje idónea para ti.

Nereida Domínguez

A partir de los 40-45, la base de maquillaje se puede convertir en un firme aliado "antiaging". ¿Quieres verte entre tres y cinco años más joven?

1. Para un resultado 10, prepara tu tez

Las pieles maduras precisan de una rutina premaquillaje.

Despierta la piel. Lavarse la cara con agua muy fría es la mejor forma de activar la microcirculación. Este simple gesto aviva el tono y atenúa las bolsas y las ojeras.

Sérum + hidratante. Aunque ciertas bases de maquillaje contienen activos antiedad, son sólo un refuerzo a las rutinas de tratamiento. Para frenar el avance de las líneas de expresión y de la flacidez, utiliza un buen sérum reafirmante y una hidratante antiarrugas con filtro solar.

2. Consigue un efecto segunda piel

Según los expertos, las fórmulas fluidas de cobertura media son las más adecuadas en pieles maduras.

EL TONO. Dar con el tono ideal es complejo. Así que déjate asesorar por un profesional y, ante la duda, elige la base de maquillaje más clara. Y es que emplear un maquillaje más oscuro de la cuenta te hará parecer más mayor. Para salir de dudas, llévate dos o tres muestras a casa y aplícalas en el mentón, la zona donde más se aprecia la diferencia de color entre el rostro y el cuello. ¿Se funde y desaparece? ¡Ése es tu tono!

LA COBERTURA. Si tienes manchas de sol, ojeras o rojeces y no eres de las que se detiene a camuflar esas irregularidades con correctores, elige un maquillaje de cobertura media. Las bases han de estar lo suficientemente pigmentadas como para cubrir esas imperfecciones y lucir así un tono más uniforme. No te pases de largo: las de alta cobertura lo "tapan" todo, pero restan frescura.

LA TEXTURA. Cuando la piel pierde elasticidad, las bases excesivamente densas añaden peso, lo que acentúa la pérdida de firmeza, las arrugas, los poros dilatados, etc. Las fórmulas líquidas y cremosas, que aportan confort e hidratación, son las más indicadas.

3. Sigue estos secretos de aplicación

Tus básicos. Utiliza una brocha redonda y plana tipo kabuki de fibra sintética (las naturales "chupan" mucho producto) o los mismos dedos, si usas una base ligerita.

Menos es más. Extiende el color empezando por el centro de la cara y difuminando hacia el exterior. Date pequeños toquecitos, rozando apenas la piel. De esta manera, controlarás la cantidad de base que depositas. ¿Has cargado demasiado producto? Elimina los excesos, difuminando con una brocha estilo mofeta.

Sé selectiva. Enfócate en las zonas más necesarias –mejillas, mentón, nariz y ojeras– y, si no es esencial, deja libre frente y laterales. Lucirás una piel perfeccionada, pero al natural.

4. Las bases con tratamiento te quitan años

Tras cuatro semanas de aplicación continua, las llamadas bases de maquillaje con tratamiento consiguen que la piel luzca más lisa, firme y atractiva.

Efecto "piel radiante". Una tez que irradia jugosidad y luz se ve más joven. Aunque los correctores iluminadores pueden ayudarte a lucir una piel rebosante de vitalidad, harás bien en escoger un maquillaje "buena cara". Formulados con vitamina C y microperlas o pigmentos nacarados, captan, retienen y reflejan la luz.

Efecto relleno. Las bases antiarrugas que alisan la textura de la piel incorporan ceramidas, proteínas de trigo, ácido hialurónico, etc.

Efecto "lifting". Algunas marcas enriquecen sus fórmulas con sérums, a fin de frenar los efectos del paso del tiempo. Y, gracias a sus activos tensores, estas bases "elevan" los rasgos.

Base líquida de maquillaje para el rostro.

¡Mezcla y gana!

Satinada. Agregar a la dosis de maquillaje una gota de un elixir de belleza en formato aceite deja un velo sedoso sobre la piel.

Revitalizada. Las pieles de más edad tienen tendencia a apagarse. Si tu base de maquillaje no potencia la luminosidad, enriquécela con unas gotas de un iluminador líquido.

Y… natural. ¿Utilizas un producto un tanto denso? Dilúyelo con un poco de sérum o de tu crema hidratante habitual. ¡Nadie intuirá que vas maquillada! Si se te cuartea, vaporiza sobre el rostro agua termal o un fijador de maquillaje hidratante.