Polvos bronceadores: ¡presume de rostro moreno todo el año!
Si no te separas de tu protector solar facial, los polvos de sol se convertirán en un básico indispensable en tu neceser. ¡Piel saludable y con un tono muy favorecedor!
Los míticos polvos bronceadores o polvos de sol no sólo sirven para realzar el moreno y elevar su nivel de intensidad, también son muy útiles a la hora de redefinir las facciones y darle un sofisticado toque de luz al rostro.
¿Sabías que son uno de los cosméticos que más favorecen e incluso dan un aspecto descansado? Son un superventas porque crece sin parar el número de mujeres que limitan sus baños de sol. ¡Para presumir de un atractivo tono canela, ya no hace falta castigar la piel!
¡En Pronto.es te recomendamos los mejores trucos para escoger los polvos bronceadores que mejor te sientan!
Polvos bronceadores: ¡escoge el tono ideal para tu piel!
No caigas en el error de escoger un fondo de maquillaje algo más oscuro que tu tono de piel para así verte más morena. Esta función, el tan aclamado efecto sunkissed (piel besada por el sol), recae de forma exclusiva en los polvos bronceadores.
1. Elige el color más adecuado, según su piel
Si tu piel es clara, te van los polvos que crean un sutil efecto bronceado traslúcido. Para cutis de tono medio, lo mejor es decantarse por los polvos solares en tono canela con reflejos dorados o cobrizos.
¿Tienes la piel rosada? Quédate con un arena suave. Aunque te pongas muy morena, ojo con elegir unos polvos muy oscuros. Los tonos bronce y chocolate muy subidos, sobre todo si son mates, tienden a endurecer las facciones. Es preferible realizar varias pasadas del polvo bronceador en un tono natural que utilizar uno demasiado oscuro y que el resultado quede artificial o, peor aún, te eche años encima.
¡Truco! Las paletas dobles que tienen en un lado un polvo bronceador y en el otro un iluminador o las que combinan dos tonos diferentes de polvos bronceadores crean un juego de luces y sombras, capaz de remodelar los rasgos faciales. Recuerda que el tono más claro amplía y da volumen (realza la parte más alta del pómulo, por ejemplo) y el más oscuro da profundidad, esculpe y estiliza las facciones.
2. El acabado también importa
Con brillo, satinado, mate... Para elegir el acabado ideal, sólo tienes que saber qué efecto estás buscando.
Los polvos bronceadores de acabado satinado (algunos de ellos aportan extracto de perlas) son perfectos para dar ese toque veraniego que tanto deseamos en estas fechas. Resultan de lo más favorecedores sin saturar la piel.
Los que contienen microesferas de sílice garantizan un bronceado de aspecto ultrasedoso. Si te pones bastante morena y quieres renovar la luminosidad de tu moreno, éste es el acabado que, sin duda alguna, más te conviene.
Algunos llevan pigmentos cristalinos que atrapan la luz del sol y la reflejan con todo su esplendor. Este acabado es ideal en caso de piel apagada.
Son los más indicados a la hora de esculpir el rostro y recuperar el relieve en zonas estratégicas. Para marcar pómulo, por ejemplo, aplica los polvos bronceadores debajo del hueso. Usados como sombra de ojos, en cambio, otorgan una gran profundidad a tu mirada. También serán tu mejor adquisición si tienes la piel grasa y quieres evitar los dichosos brillos.
3. Resultado 10: cuestión de técnica
Haz un hueco en tu neceser a la brocha kabuki. De mango corto y cabezal ancho y extratupido, su forma redondeada permite difuminar los polvos bronceadores a la perfección. Deslízala sutilmente sobre el producto y extiende por el rostro, con ligeros toques en las zonas curvadas.
Este producto trata de imitar el bronceado que logra el sol, de ahí que se deposite en las zonas que antes cogen color, es decir, la frente, las mejillas, la barbilla y la nariz. No olvides difuminar bien los polvos para evitar contrastes de color excesivos y aplicarlos también en el escote.
¿Buscas algo más sutil? En ese caso, maquilla tus pómulos únicamente. Las paletas que incluyen en un mismo estuche bronces dorados con tonos de colorete afines (albaricoque y rosados, básicamente, te irán de fábula). Con la brocha, fusiona los diferentes tonos y consigue un blush capaz de encender el bronceado y de lograr al mismo tiempo un inmediato efecto "buena cara".
'Brontouring', un bronceado irresistible
Si quieres ir a la última y presumir de una piel más morena y atractiva, súmate al brontouring, que esculpe los rasgos e ilumina la piel creando un favorecedor efecto lifting.
Consiste en emplear la técnica del contouring, que aterrizó de la mano de influencers como Kim Kardashian, pero utilizando los polvos bronceadores.
¿Cómo aplicar el bronceador en la cara?
Después de extender sobre el rostro un fondo de maquillaje o una bb cream del mismo tono que tu piel, aplica los polvos bronceadores dibujando un 3 desde la frente, continuando por el pómulo y llevándolos a la línea de la mandíbula.
Finaliza dibujando un triángulo en el cuello, para alargarlo ópticamente, y dándote un brochazo extra en el tabique de la nariz.
Difumina el color trabajándolo con suaves movimientos ascendentes que eleven y rejuvenezcan las facciones.
¡El broche final! Completa tu beauty look con un gloss de labios, una doble capa de rímel y un toque de iluminador bajo la cola de la ceja, sobre el hueso del pómulo, en el arco del cupido y en el centro de la barbilla.
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