Esta semana, y aprovechando que vuelve a hablarse de la pasión de los Borbones por las monterías, nuestro colaborador, Jaime Peñafiel, nos habla de Felipe VI, el rey que colgó la escopeta de caza, y nos narra algunas de las historias más curiosas que él vivió entre «taco» y «taco».
Y es que, durante siglos, la caza y la realeza han estado unidas de forma tan indisoluble que, gracias a reyes y príncipes, ésta se convirtió en deporte cuando el hombre ya no lo necesitaba para comer.
La cacería le ha dado al rey Juan Carlos algún disgusto, como el sucedido el 14 de abril de 2012, cuando «desayunamos con la noticia de que el monarca había sido ingresado de urgencia tras haberse roto la cadera cuando participaba en un safari de elefantes en Botsuana», informa Peñafiel. Aunque «lo más escandaloso de la noticia fue quien le acompañaba en el safari: la princesa Corinna».
Con respecto a Felipe VI, Jaime Peñafiel recuerda que hace unos años, Pilar Eyre reveló que «Letizia le regaló a su marido una Purdey. Es un arma para matar animales y se la dio a los dos o tres años de casados». Pero, además, «en el 2011, Letizia Ortiz tenía dos escopetas de cañones paralelos fabricadas en Madrid. Dos armas para caza mayor que, obviamente, la alejaban de su suegra».
Eso sí, en la actualidad la caza parece algo olvidado para los Reyes de España. Joaquín Araujo, socio fundador de ADENA, declaró que «gracias a la reina Sofía, verdadera defensora de las causas medioambientales en la Casa Real, su hijo ya no es cazador».