Juan Carlos I: lo que no se sabe de su millonaria vida en Abu Dabi
El Rey emérito vive en una enorme villa con playa privada entre lecturas, ejercicio y comunicaciones con familia, amigos y colaboradores
Cuatro meses en un lujosísimo hotel
Vista aérea de Zaya Narui, isla creada artificialmente frente a la ciudad de Abu Dabi. El Emérito vive en una de las villas de la que es la zona residencial más exclusivas de Emiratos.
Que, a instancias de Juan Carlos, una revista haya publicado imágenes y detalles del sarao ha supuesto un frenazo a las aspiraciones del emérito. En la Zarzuela el reportaje se ha visto como una falta de discreción que Felipe y su padre habían acordado si quería seguir viniendo a España.
Alejandro Entrambasaguas ha escrito un libro sobre el rey emérito.
Así las cosas, el libro ‘Juan Carlos, el rey en el desierto’ (Ed. La esfera de los libros), de Alejandro Entrambasaguas, recoge los secretos de la vida que el anterior jefe del estado lleva en Abu Dabi. Tras alojarse cuatro meses en el Emirates Palace (el hotel más caro del mundo), se instaló en una villa de Zaya Nurai, una isla artificial a la que se accede por barco o helicóptero. No se sabe si se la ha cedido el presidente emiratí, Bin Zayed, si la alquila (350.000 euros al mes) o si la ha comprado (unos 11 millones), pero lo seguro es que en los 1.700 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y con acceso a playa privada discurren los días del exmonarca que, según Entrambasaguas, son "tranquilos y de reflexión, pero aburridos".
Juan Carlos con la familia real de Emiratos Árabes.
Por la mañana, lee la prensa digital (especialmente temas económicos). Después, tiene largas conversaciones telefónicas con su familia (con doña Sofía habla de vez en cuando), sus amigos y antiguos colaboradores.
Dedica bastante tiempo al ejercicio físico, lo que, con dieta, le ha hecho perder 12 kilos y ganar en agilidad. Luego, suele compartir el almuerzo con las visitas que recibe. Bin Zayed, heredero del trono, lo ve a menudo y aprovecha sus encuentros para pedirle consejo y por allí se deja caer también Froilán, que gracias a la influencia de su abuelo trabaja en una petrolera en Abu Dabi. A diario, recibe llamadas de líderes de todo el mundo y lee las cartas que, vía embajada, le envían ciudadanos españoles.
Las visitas de sus hijas, las más especiales
Juan Carlos con sus amigos de Abu Dabi.
Una de las cosas que más le alegran es la visita de sus hijas, Elena (que viaja cada dos meses) y Cristina, así como de sus nietos y de los amigos que tiene por todo el mundo.
Cerca de él está siempre su asistente, Vicente García-Mochales, "Mochi", y dos escoltas se encargan de su seguridad. Las veces que se desplaza hasta Abu Dabi y se le hace tarde para regresar a la isla, pernocta en el recinto presidencial de Al Bateen. Se lo ofreció el Gobierno emiratí, que también puso a su disposición un jet privado para sus desplazamientos fuera del país.
Además de cuatro visitas a Sanxenxo (Pontevedra) para practicar vela, don Juan Carlos ha estado dos veces en Madrid en reuniones familiares (en la fiesta privada de los 18 años de Leonor y por el 60º aniversario de doña Elena) y ha ido a Londres (para el funeral de Isabel II), a París (para el nombramiento de Mario Vargas Llosa como académico) y a Atenas, por el funeral de su cuñado, Constantino II.
Felipe y su padre se vieron en Abu Dabi
Sus hijas y sus nietos son su mayor apoyo.
Pero hay más cuestiones referidas al que durante 38 años fue jefe de Estado que nos ha desvelado Alejandro Entrambasaguas, redactor del periódico digital "El Debate" y colaborador de programas como "Fiesta".
Juan Carlos, en Abu Dhabi.
PRONTO: ¿Don Juan Carlos es feliz con su vida actual?
ALEJANDRO ENTRAMBASAGUAS: Está dolido por el alejamiento de su país y de su familia, pero las visitas de sus hijas y sus nietos le dan mucha vida. También se ve muy arropado por la realeza emiratí y, en ese sentido, es feliz.
P.: ¿Quién le comunicó que tenía que irse de España?
A.E.: En el 2020, la que entonces era vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, le transmitió a don Felipe y al jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, que don Juan Carlos tenía que irse del país… Ellos se lo comunicaron luego en una reunión y, en ese momento, Juan Carlos se rompió.
Juan Carlos reunido en Abu Dhabi con su amigo, el periodista radiofónico Carlos Herrera.
P.: ¿Qué relación une hoy al emérito con su hijo?
A.E.: Él sostiene que la relación es la normal entre un padre y un hijo: con altibajos. Hablan con frecuencia por teléfono o videollamada y se vieron en Abu Dabi el 15 de mayo del 2022, durante una visita de Estado de don Felipe. El papel del actual Rey es complicado. Respeta a su padre, pero debe velar por la continuidad de la Monarquía, pero yo estoy seguro de que, si fuera por él, su padre no se habría ido nunca de nuestro país.
P.: ¿Crees que podrá volver definitivamente algún día?
A.E.: De momento, se normalizarán sus visitas y cada vez lo veremos venir más, pero no creo que regrese de manera definitiva.
Admira la labor de Letizia como madre
Su primera vuelta a España, tras haber salido del país en agosto del 2020, fue en mayo del 2022 para participar en una regata en Sanxenxo.
P.: Me han contado que a la reina Letizia no le gustó que su suegro viniera a Madrid para asistir al cumpleaños de la infanta Elena…
A.E.: La relación entre la Reina y su suegro es inexistente, no se hablan. Aquel día se saludaron y nada más. Pero quiero aclarar que don Juan Carlos alaba la labor de su nuera como madre.
P.: ¿La reina doña Sofía mantiene algún tipo de contacto con su marido?
A.E.: A pesar de sus desencuentros y de las infidelidades del Rey, ambos han sabido mantener la imagen que exige su posición y su relación es cordial. Antes de irse de España, don Juan Carlos organizó una comida secreta en Madrid, a la que ella asistió y era la única que sabía que se trataba de una despedida.
"Está convencido de que Corinna es una mujer despechada"
La relación del emérito con su hijo es buena y cordial, mientras que con su nuera no
se habla. A su mujer la llama de vez en cuando por teléfono.
P.: ¿Qué opina del revuelo que ha causado el hijo de Bárbara Rey al descubrir el presunto chantaje de su madre?
A.E.: Él está contento de que haya salido a la luz que esa mujer le chantajeaba con grabaciones y fotos.
P.: Tampoco acabó bien con Corinna Larsen…
A.E.: En el libro cuento los negocios que ella hizo usando la imagen de don Juan Carlos y cómo, cuando la relación se cortó, le acusó, pero los procedimientos judiciales se han archivado. Don Juan Carlos no se arrepiente de haberle regalado 65 millones de euros, lo que tumba el argumento de Corinna de que había recibido ese dinero para blanquearlo. Él está convencido de que es una mujer despechada y rencorosa, de la que se enamoró perdidamente.
P.: ¿Qué papel está jugando en el divorcio de su hija Cristina e Iñaki Urdangarin?
A.E.: Un papel fundamental, asesorando a su hija y animándola a no ceder en nada y, menos, en la cuestión económica. La Infanta se fue a Abu Dabi para estar con su padre cuando salieron las fotos de su marido con Ainhoa Armentia y don Juan Carlos se sintió muy dolido por el escarnio al que se vio sometida su hija.
P.: ¿Está descontento con el ritmo de vida que lleva su nieta Victoria Federica?
A.E.: Para él, sus nietos son sagrados. Les consiente todo y, cuando ha salido alguna polémica referente a Victoria o a su hermano, Froilán, siempre les defiende ante quien sea.
"Un rey tiene relaciones fraternales"
P.: ¿Puedes presumir de que eres amigo del emérito?
A.E.: No me atrevo a tanto, un rey no tiene amigos.
P.: Choca esa afirmación…
A.E.: Bueno, sí tiene relaciones fraternales como, por ejemplo, Pedro Campos. Es como su hermano, igual que el general Félix Sanz Roldán, el que fuera director del CNI, que para el emérito representa el valor supremo de la lealtad.
P.: Se dijo hace unos meses que estuvo a punto de fallecer. ¿Tiene mala salud?
A.E.: Para nada. Cuando se dijo eso, llamé a don Juan Carlos para preguntarle si era cierto y me contestó que era mentira, que justo en ese momento le pillaba haciendo ejercicio.
P.: ¿Cómo conseguiste su teléfono personal?
A.E.: Por un contacto de su entorno y la primera vez que hablamos fue un hombre muy cordial.