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Juan Carlos I: sorprendentes declaraciones del Rey emérito

El padre de Felipe VI se ha sincerado com una escritora admiradora suya, Laurence Debray

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Desde el 3 de agosto del 2020 el rey Juan Carlos, convertido en un "ermitaño" y despojado de su corona, vive en una especie de limbo en Abu Dabi. A los 83 años, lleva una vida solitaria en una isla artificial, el lugar que mejor ejemplifica el silencio y el destierro al que se ha visto abocado por los escándalos financieros y amorosos que han marcado sus últimos años.

Y de este purgatorio terrenal del emérito, sus sentimientos, sus relaciones familiares y su vida, desde su infancia en Estoril, hasta el amargo momento de su nuevo presente, lejos de su país, conversa con él la escritora e historiadora francesa Laurence Debray en su nuevo libro, "Mon roi déchu" (Mi rey caído), que llegará a España en abril del 2022 (Editorial Debate).

Laurence Debray conoce a don Juan Carlos desde hace siete años, cuando la eligieron para hacer un documental sobre su reinado.

Don Juan Carlos no sabe cuándo regresará a España. Si por él fuera, cogería un avión y volvería a Madrid ya mismo, porque ése es su sueño, a pesar de que, como asegura "algunos están muy contentos de que me marchara". Pero ¿por qué no se fue a un lugar más cercano como Portugal o, incluso, Galicia?, le pregunta Laurence. "Pude haber ido a Portugal, pero me aconsejaron que tomara más distancia. Y a Galicia no fui porque los periodistas me habrían perseguido por todas partes. Y, además, desde aquí, no molesto a la Corona".

"Se le ve sereno, tiene buena cara y ya no está hinchado"

Juan Carlos en una imagen tomada de su estancia en Abu Dabi.

Su vida en Abu Dabi, donde Debray le visitó, tiene una rutina poco glamurosa para un monarca, aunque sea uno retirado. "El Rey no va vestido de rey. Lleva polo, pantalón y deportivas. Se le podría confundir con un turista", comenta la periodista, que se sorprendió al encontrarse con "el hombre espontáneo y cálido" de siempre.

"En esto, nada ha cambiado", aunque el polo que lleva, señala, es demasiado grande. Y es que, como le dice don Juan Carlos sin disimular su satisfacción: "He perdido 12 kilos". Un matrimonio filipino se encarga de su comida y de la casa, y cuatro guardias españoles, de su protección.

El aspecto del Rey emérito ha mejorado mucho

Aunque sus problemas físicos le siguen obligando a utilizar un bastón para caminar y a mantener la costumbre de practicar ejercicio cada día, su aspecto ha mejorado y "su rostro ya no está hinchado por los fármacos. Se le ve sereno y tiene buena cara y está ligeramente bronceado. Lo único que me llama la atención son sus ojos y su triste resplandor. Afortunadamente, su risa infantil, franca y suave, ilumina la habitación de vez en cuando. Como para señalar que su fuerza vital permanece intacta a pesar de los imprevistos del destino".

El peso de la nostalgia es intenso (en las conversaciones dice que ya tiene que ir pensando en su entierro), y no logra acostumbrarse a estar lejos de España, "de sus amigos, las buenas comidas, las competiciones náuticas, su casa". Y sobre todo, del jamón, aunque le ha confesado a la autora francesa, como si fuera un secreto de Estado, que tiene un amigo, uno de los que no le han dado la espalda, que "le manda jamón serrano".

Quién es Laurence Debray, la autora favorita de Juan Carlos

Laurence, hija de padres revolucionarios, está casada con el psicólogo Émile Servan-Schreiber y es madre de dos hijos.

Si el Rey emérito fuese un cantante, esta periodista sería la presidenta de su club de fans. Basta decir que, cuando tenía 7 años y pasó unas vacaciones en Madrid, descubrió a don Juan Carlos, "un jefe de Estado con una sonrisa digna de un actor de Hollywood. Cuando volví (a París) colgué una foto del Rey en mi habitación por el aura tranquilizadora que emanaba de ella", escribe en su libro.

Debray reconoce su debilidad por el emérito, con quien ha tenido numerosas entrevistas desde el 2014 y quien ya es un amigo cercano para ella.

Lejos de diluirse con el paso del tiempo, la fascinación fue creciendo hasta que en el 2014 le encargaron el trabajo de su vida, un documental de 90 minutos sobre el rey Juan Carlos (convertido después en libro), coproducido por RTVE y France 3. Por cierto, que esta cinta no fue vista en nuestro país hasta el año pasado –se emitió poco después de que se trasladara a Abu Dabi–, mientras que en Francia se pudo ver cuatro años antes.

Criada por sus abuelos, de la burguesía parisina

Paradójicamente, Debray, que tiene 45 años, es hija de padres revolucionarios, el filósofo Regis Debray, que pasó cuatro años en una cárcel de Bolivia, y la escritora de origen venezolano Elisabeth Burgos, que tiene un pasado guerrillero en América Latina.

Pero ella, que se crió con sus abuelos, "unos grandes burgueses de París", se cansó del discurso antiimperialista y, después de pasar un verano en un campamento de "pioneros comunistas en Cuba", se mudó con 20 años a EEUU para trabajar en ¡el mundo de las finanzas! Ya antes, dio muestras de una rebeldía precoz, al intentar marcar distancia con sus padres declarándose, como hemos visto, entusiasta del rey Juan Carlos mientras ellos se sumaban al entorno de François Mitterrand.

Su marido y el rumor de su idilio con el rey emérito

La escritora está casada con Émile Servan-Schreiber y tiene dos hijos. Estos días, Émile ha saltado también a la actualidad al responder a los rumores lanzados por Ernesto Ekaizer acerca de un supuesto "affaire" entre Laurence y don Juan Carlos.

Servan tuiteó en sus redes sociales el siguiente texto: "Esta mañana me entero por la prensa española de que mi mujer es la nueva amante del antiguo rey de España. Es increíble lo vulgar y poco serio que es el periodismo de “El Nacional.cat”". Y este doctor en Psicología cognitiva no deja pasar la ocasión para piropear a su esposa: "Pero, querida, ¡estás preciosa en las fotos!".

"Juan Carlos es ahora un padre repudiado"

Además de datos acerca de su vida cotidiana a miles de kilómetros del palacio de la Zarzuela, que fue su hogar durante 57 años, en "Mon roi déchu", don Juan Carlos también se sincera sobre de temas más íntimos y personales. En este libro descubrimos algunos de sus sentimientos más desconocidos, entre ellos, los que guarda en su corazón hacia los miembros de su familia.

En cuanto a su hijo, el rey Felipe VI, la autora no esquiva el tema de su supuesta mala relación, después de que se descubrieran las cuentas bancarias que el emérito tenía en Suiza. Debray habla, metafóricamente, de "parricidio" el día en el que "la Zarzuela emite un comunicado en el que Felipe renuncia a su herencia paterna para él y sus hijas. Ante la indignación generalizada, el Rey corta los lazos económicos con su padre al retirarle también su asignación anual. Felipe es ahora “el hijo de nadie” (...) Juan Carlos es un rey depuesto, pero sobre todo es un padre repudiado", escribe dramáticamente la periodista francesa.

A pesar de esta durísima sentencia, en las mismas páginas, relata que, en el invierno del 2014,"cuando don Juan Carlos habla de su heredero, su orgullo no tiene límite. Su cara rebosa ternura y se muestra lleno de satisfacción. Y dice de él que es un Rey preparado y sereno".

Felipe sí felicitó a su padre, según fuentes próximas a Juan Carlos

De su hijo, el rey Felipe, dice Debray que habla "con orgullo y satisfacción".

Respecto a la relación entre padre e hijo, un periodista de "Paris Match", Nicolas Delesalle, daba estos días un dato revelador. "El pasado 5 de enero, día del 83º cumpleaños de Juan Carlos, Felipe ni siquiera descolgó el teléfono" para felicitarle, afirma. De esto, sin embargo, Debray no dice nada en su libro y, además, fuentes próximas al emérito aseguran que Felipe sí que le llamó.

Otro de los temas que más polvareda ha levantado la publicación en Francia de este libro es conocer la opinión de nuestro Rey emérito acerca de su nuera, Letizia. Siempre se ha dicho que don Juan Carlos nunca estuvo de acuerdo con la celebración de la boda de su hijo y la experiodista y que ésta jamás consiguió conectar con él o caerle un poco bien. Y a partir de su abdicación y de la posterior proclamación de Felipe VI, los rumores han apuntado insistentemente que para Juan Carlos la actual Reina nunca ha estado preparada para el alto puesto que hoy desempeña.

Juan Carlos I opina que Letizia es una madre ejemplar

Con estos antecedentes, no es extraño que las declaraciones del Rey emérito hayan causado cierta sorpresa. Y es que, poco después de su abdicación, en el 2014, el padre de Felipe VI le explicó, con el corazón abierto, a su escritora preferida, que estaba "convencido de que Letizia es una madre ejemplar para sus dos adorables herederas", desterrando, al menos en parte, la idea generalizada de que nuera y suegro son enemigos irreconciliables.

En cuanto a su esposa, la reina Sofia, Debray nos revela que "no la llama por su nombre de pila, la llama “la reina” en tono formal, como si su título prevaleciera sobre su estatus, como si después de todo ella fuera sólo eso, o especialmente eso, reina. Una reina irreprochable y profesional. La encarnación de la ejemplaridad".

En cuanto a sus hijas, Elena y Cristina, ni la distancia ni la situación han impedido que le visiten regularmente. Es más, gracias a la tecnología, a la que se ha adaptado muy bien –utiliza su tableta con agilidad y se mueve como pez en el agua con aplicaciones como WhatsApp y Zoom– está conectado con su familia, con los amigos que le quedan y al tanto de todo lo que pasa en nuestro país.

La reina Sofía, que telefonea a su marido regularmente, y la reina Letizia, a quien el Rey emérito considera una buena madre.

Debray le pide al Rey emérito que defienda su legado

El libro, que refleja y explica la fascinación que siente Debray por Juan Carlos desde su infancia, es para su autora una especie de misión –¿imposible?– para reconciliar sus sentimientos enfrentados respecto al emérito, el de admiración y el de decepción ante los errores cometidos por su héroe, ya caído.

Por eso, en un momento de su conversación, le pide que hable, que se justifique y que se defienda para salvar su legado. Juan Carlos le responde, con un deje de resignación: "Las instituciones que he dejado deberían ser suficientes. Hablan por sí solas. Pero es cierto que las instituciones se destruyen más fácilmente que se construyen".

El Rey emérito nunca se queja, insiste Debray. Ni pierde su capacidad de plantarle cara a la vida con una sonrisa. En el transcurso del libro, el padre de Felipe VI rememora varias anécdotas divertidas, como cuando explica que "estaba paseando por Hawái, en sus primeras 'vacaciones reales', y se detuvo en un café, en el que, de repente, oyó a unos españoles murmurar: “Se parece a Juan Carlos pero... ¡no puede ser!”. Tras pensarlo, se acercó y terminó tomándose una copa con ellos".

Juan Carlos, siempre en el ojo del huracán

Coincidiendo con la aparición de este libro, don Juan Carlos ha copado las páginas de la prensa por otros tres motivos. El primero, los papeles de Pandora. En este nuevo escándalo financiero, su nombre ha aparecido entre los documentos, no como defraudador, sino como supuesto beneficiario de un fondo de inversiones.

Según "El País" y LaSexta, en el año 2007, Corinna Larsen dirigió una carta a los gestores de un fideicomiso denominado Peregrine, para que entregaran al Rey emérito el 30% de los ingresos provenientes de un fondo Hispano-Saudí, en caso de que ella muriera. Sea como sea, la conexión del padre de Felipe VI con la consultora alemana sigue siendo una mancha negra en su historial.

El AVE a la Meca, tarjetas opacas y cuenta en un paraíso fiscal

En segundo lugar, también se ha hablado mucho de los archivos del exjefe de los servicios de inteligencia Emilio Alonso Manglano, que han visto la luz gracias al libro "El jefe de los espías". En esta obra, que recupera estos archivos ultrasecretos, se explica que Juan Carlos recibió unos 36 millones de dólares del rey de Arabia Saudí, a fondo perdido, para financiar la Transición española.

Asimismo, el soberano saudí le habría otorgado un crédito de 50 millones más, una parte de los cuales el Rey emérito destinó a inversiones que le dieron unos beneficios de 18 millones, una suma que habría sido el origen de su fortuna personal y ¿de sus dolores de cabeza?

Y para acabar, aunque no menos importante, el tercer motivo es que la Fiscalía del Tribunal Supremo, tras más de un año de pesquisas, se está planteando el cierre de las tres investigaciones sobre el padre de Felipe VI.

La Fiscalía considera que, por un lado, no hay indicios suficientemente sólidos como para llevar al Supremo las investigaciones sobre su fortuna y, por el otro, que los supuestos delitos han prescrito o están amparados por la inviolabilidad que protegía al monarca hasta su abdicación, en el 2014.

El Rey podría quedar libre de cualquier cargo

Recordemos que las tres investigaciones se refieren al supuesto cobro de una comisión de 65 millones de euros por hacer de intermediario en la construcción del AVE a la Meca (en Suiza la causa sigue abierta); a los gastos del Rey emérito a cargo de tarjetas opacas y a la posible existencia de una cuenta con 10 millones de euros a nombre de Juan Carlos de Borbón en el paraíso fiscal de la isla de Jersey.

Si la Fiscalía da carpetazo a estos tres asuntos no habrá investigación judicial ni denuncia ni querella criminal contra el Rey emérito. La pregunta ahora es si este giro en el proceso judicial podría ser el primer paso para que don Juan Carlos regrese a España. Tiempo al tiempo.