Juan Carlos y Sofía: lo que nadie te ha contado de su último encuentro
Los Reyes eméritos fueron unos invitados muy especiales al enlace del hijo de Abdalá y Rania
Reyes, jeques, mandatarios y personalidades de todo el mundo se reunieron el 1 de junio en Amán (Jordania) para asistir a la boda del heredero al trono, el príncipe Hussein, de 28 años, con la arquitecta saudí Rajwa Al Saif, de 29. En representación de España, acudieron los reyes Juan Carlos –que llegó en silla de ruedas por sus problemas de movilidad– y Sofía. Ambos, en su día, fueron íntimos amigos del abuelo del novio, Hussein I.
Sentados justo detrás de los padres de los novios
Aunque más de 4.000 personas estaban invitadas, los Reyes eméritos formaron parte del exclusivo grupo de 140 íntimos que pudieron asistir a la sencilla pero emotiva ceremonia religiosa en la que, además, se le concedió a Rajwa el título de princesa. Los reyes hachemitas los recibieron calurosamente a las puertas del palacio de Zarhan, la que fuera la residencia de la abuela del rey y en donde también se casaron ellos en 1993.
Situados en una relevante segunda fila, casi justo detrás de las madres de los novios, Juan Carlos y Sofía vieron llegar a un novio muy sonriente y a una novia muy elegante, que entró en la sala del brazo del hermano menor de su prometido, el príncipe Hashem, de 18 años, mientras que sus futuras cuñadas, Iman y Salma, de 26 y 22 respectivamente, la ayudaban con el vestido.
El diseño, que se ajustaba perfectamente a su figura con un drapeado diagonal, era una creación de Elie Saab que la novia combinó con una sencilla tiara, un velo tan largo como su cola, que era desmontable, y unos zapatos sorprendentemente planos.
Su suegra, Rania, que suele acaparar todas las miradas, le cedió el protagonismo con un elegante vestido negro de Dior.
Entre las invitadas hubo una dura competición, pues jequesas y sultanas hicieron un verdadero alarde de elegancia con unos kaftanes espectaculares, aunque las "royals" europeas no se quedaron atrás, y tanto Kate de Gales como Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca, Victoria de Suecia y Elizabeth de Bélgica estuvieron deslumbrantes.
Una tarta inmensa y fuegos artificiales
Tras la ceremonia, los recién casados recorrieron las calles de Amán en un jeep descapotable, alrededor del cual unos voluntarios formaron la bandera de Jordania. Muy sonrientes y mostrando su agradecimiento, Hussein y Rajwa saludaron a los miles de súbditos que se acercaron a felicitarles en su camino hasta el espectacular palacio de Al Husseiniya, construido en el 2006 junto a la mezquita del rey Hussein, que Abdalá mandó alzar en honor a su padre.
La residencia, decorada con un estilo moderno pero de tintes tradicionales, acogió la parte más festiva del enlace, con bailarines, música, una inmensa tarta y fuegos artificiales.
Y finalmente, todos se retiraron a cambiarse de atuendo para disfrutar de una glamurosa cena de gala para rematar una boda de ‘Las 1001 noches’.