Juan Carlos y Sofía: así fueron las Navidades de su infancia
A pesar de sus diferencias, hay algo que los eméritos comparten: los dos han pasado largos períodos de su niñez en el exilio, celebrando unas Fiestas complicadas y, a veces, en condiciones muy duras
Juan Carlos y su familia. Con sus padres, Juan de Borbón y María de las Mercedes, y sus hermanos, el desaparecido Alfonsito, Margarita y Pilar.
En fin, nada que ver con las que pasó la emérita con la Familia Real griega cuando, en los años 40 del siglo pasado, ésta se encontraba en el exilio en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. En sus 'Memorias', editadas en 1971 por G. del Toro, la madre de Sofía, Federica, escribió: "Parecíamos destinados a vivir en un hogar dichoso, a ser una familia feliz, disfrutar de muchos años venturosos. ¿Por qué perdimos todo esto? A lo largo de los cinco años siguientes cambiamos de residencia ¡veintidós veces! Desde Egipto fuimos a Sudáfrica, donde mi marido y yo tuvimos que separarnos. Él siguió hacia Inglaterra y yo permanecí en Ciudad del Cabo con mis hijos".
Federica, la madre más cariñosa. Mientras su esposo, Pablo de Grecia, estaba en Londres, ella mantuvo la ilusión navideña de sus hijos, Sofía, Constantino e Irene.
Y allí siguieron viviendo desgracias, ya que el palacio del Gobierno en el que vivían como huéspedes, se incendió y acabaron alojándose en un pequeño bungaló que "olía a caballos y a paja. Además estaba lleno de ratas que no me dejaban dormir, con sus carreras por el tejado".
A pesar de todo, Federica hacía esfuerzos para proporcionar a Sofía y a Constantino –más tarde llegaría Irene– unas verdaderas Navidades en aquel "horrible hogar". En una de las cartas que le escribió a su esposo, Pablo, vemos la tristeza que la invade al estar separada de él.
Los esfuerzos de la reina Federica, madre de doña Sofía, en Sudáfrica
Sofía con sus hermanos Constantino e Irene.
"¿Quién podía imaginar que en estas fiestas navideñas estaríamos separados, tú en un extremo del mundo y yo en el otro? Espero que alguien te invite a pasar estas fiestas y te proporcione alguna alegría". Y explicaba que había decorado su pequeña casa para la ocasión.
"Intento que Sofía y Tino pasen una Navidad agradable. Por eso he colgado guirnaldas de papel, y he puesto los juguetes en el suelo junto a un árbol en el centro del salón. Sofía esperaba fuera y estaba excitadísima, pues desde hacía tiempo yo le venía hablando de las Navidades. Tino la imitaba y estaba nervioso al verla así. Cuando les permitimos la entrada, se encontraron los juguetes con caras de asombro. Sofía se enamoró de un caballo de cartón destinado a su hermano. Tino no protestó y la cosa fue bien. ¡Qué pena que no estés aquí para verlos! Cuando se fueron a la cama, pensé que tratarían de llevarse los juguetes pero no ocurrió así. Insistieron, como siempre, en llevarse nada más que tu fotografía", relataba la reina helena.
Juan Carlos I volvía a Estoril para pasar las Fiestas
Juanito, a caballo, con su abuela Ena.
Tampoco las Navidades de don Juan Carlos siendo niño fueron maravillosas. Como en el caso de Sofía, el emérito vivió su infancia en el exilio, en ciudades de Italia, Suiza y Portugal. Por eso pasó algunas Navidades en Lausana, con su abuela, la reina Victoria Eugenia, una figura fundamental para Juanito, ya que cuando sus padres pusieron rumbo a Estoril y a él lo dejaron en un internado de Friburgo, a tres horas de la residencia de Ena, ella fue la única de su familia que mantuvo una relación cariñosa con él.
"Mi ingreso en el internado fue el adiós a la niñez, a un mundo sin preocupaciones lleno de calor familiar. Mi padre le prohibió a mi madre que me llamara por teléfono en los primeros 14 días. Yo tuve que superar solo esa primera etapa difícil de separación de mi familia", le confesó el rey Juan Carlos a Paul Preston en el 2003.
Juan Carlos y Sofía con sus hijos alrededor de una mesa en Navidad.
Después, a partir de los 10 años, cuando Juan de Borbón llegó a un acuerdo con Franco para que su hijo se formase en España con vistas a ser, algún día, Jefe de Estado, Juanito regresaba por Navidad a Villa Giralda, Estoril.
Allí pasaba las Navidades más felices que recuerda, al lado de sus padres y sus hermanos, Pilar, Margarita y Alfonso. En cierta ocasión, el emérito recordó que, cuando estaba en España y llegaban las Fiestas, Franco solía invitarle a cazar faisanes que, luego, solía llevar como regalo a su familia, cuando le dejaban volver a casa por las vacaciones de Navidad.