Es muy improbable que la reina Letizia siga los pasos de Rania de Jordania, Mette-Marit de Noruega o Charlene de Mónaco y abra una cuenta en Instagram. A la esposa del príncipe Felipe VI le horrorizan las redes sociales y nos revela una fuente extraoficial del palacio de la Zarzuela que no le ha sentado nada bien que su sobrina, Carla Vigo Ortiz, se exponga tanto en Internet por temor a que, en un futuro, pueda arrepentirse de ello. Al parecer, las ideas de Carla y las de Letizia sobre cómo enfrentarse a la vida las están distanciando.
La joven Carla no duda en hacer uso de su libertad de expresión y comenta la actualidad en sus diferentes redes sociales, situándose a la izquierda del arco político. A la joven no parecen interesarle las intrigas palaciegas y prefiere dedicar sus energía a otros asuntos, como la defensa del colectivo LGTBI, le gustaría ser la pregonera del Orgullo Gay y que su tía estuviera entre el público.
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