La princesa Leonor y el rey Felipe VI: todo sobre la pasión que comparten
La hija mayor de los Reyes ha heredado de su padre su amor por el deporte, demostrando que es tan ágil como el monarca
Felipe y Leonor comparten muchas aficiones.
Desde que la Princesa de Asturias acabó sus estudios de bachillerato, cumplió 18 años y comenzó su vida "adulta", no hay semana en la que Leonor no nos sorprenda, ya sea dándolo todo en unas maniobras militares, desfilando emocionada con sus compañeros, jurando la Constitución en el Congreso de los Diputados o saliendo de marcha con sus amigos como cualquier joven de su edad.
Leonor es tan buena deportista como su padre
Leonor entre dos contrincantes tras un partido de voleibol.
Ahora, la hija de los Reyes nos ha demostrado que, además de ser una responsable heredera y una estudiante sobresaliente, es tan buena deportista como su padre.
Recientemente se ha descubierto que la Princesa practica la esgrima.
Y es que Leonor, que actualmente se forma como oficial en la Academia Militar General de Zaragoza (A.G.M.), participó hace unos días en el campeonato deportivo Interacademias, que se celebró durante tres días en la Academia General del Aire de San Javier (Murcia).
Leonor ha tenido que correr, y mucho, en la academia, tanto con equipación como sin ella.
Esta competición enfrenta cada dos años a esa escuela de las Fuerzas Armadas con la Escuela Naval Militar, la Academia General del Aire y, desde el año 2017, la Academia Central de la Defensa, con el objetivo de fomentar el compañerismo entre los futuros profesionales de los ejércitos.
Leonor, voleibol; Felipe, baloncesto
En el Juan Sebastián Elcano, Felipe corría a diario por cubierta.
Hasta ese momento, sabíamos que la heredera al trono había practicado el voleibol, tanto en el colegio Santa María de los Rosales de Madrid como en el internado UWC College de Gales, donde ha estudiado el bachillerato. Por eso, para el Interacademias, Leonor se ha sumado al equipo femenino de la A.G.M., que disputó un partido amistoso en el que no lograron imponerse a sus rivales.
Felipe con la camiseta del A.G.M. de baloncesto en 1985.
No fue el caso de su padre, quien en el mismo campeonato, pero de 1985, sí que se alzó con la victoria formando parte del equipo de baloncesto de la A.G.M.
El Rey practicó este deporte durante su formación militar y cuando estudiaba Derecho en Madrid, pero pocos recordarán que su padre, Juan Carlos, estuvo federado en la temporada 1958-59, como demuestra la ficha que se conserva en el Museo de la Federación Española de Baloncesto.
En el Interacademias, don Felipe participó en lanzamiento de jabalina.
En 1987, el rey Felipe volvió a competir en el Interacademias, pero en atletismo, concretamente, en lanzamiento de jabalina.
Del mismo modo, su hija Leonor también ha demostrado su destreza en dos modalidades deportivas, una de las cuales desconocíamos que practicara: la esgrima, cuyo equipo consiguió una medalla de plata.
La Familia Real más olímpica
La Princesa y su equipo de esgrima quedaron en segunda posición.
En cuanto a premios deportivos, seguramente el que el Rey atesora con más cariño es el diploma que consiguió en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 al quedar sexto en la clase Soling de vela con la embarcación "Aifos".
El Rey practicando atletismo en el colegio.
Pero él no ha sido el único miembro olímpico de la Familia Real. Su padre acabó decimoquinto en la clase Dragón en Múnich 1972, la reina Sofía fue suplente en Roma 1960 y la infanta Cristina, abanderada en Seúl 1988. Todos ellos competían en vela, una pasión que, sin embargo, Leonor parece no compartir con ellos.
Leonor, la primera vez que la vimos esquiando en Candanchú-Astún junto a su padre.
También parecía que la Princesa no seguía la tradición borbónica de esquiar, pero hace siete años demostró su destreza en las pistas de Candanchú-Astún (Huesca) donde posó con sus padres y con su hermana, Sofía.
Recientemente la hemos podido ver de nuevo allí durante unos ejercicios de montaña con sus compañeros de la A.G.M. Con ellos también sale a correr a diario, una rutina que, según algunas fuentes, su padre mantiene desde su paso por la academia y que podría haberle llevado a plantearse participar en el maratón de Nueva York, aunque su equipo de seguridad le sacó la idea de la cabeza.