La reina Sofía, destrozada por la muerte de su queridísimo hermano: así fue su relación
Constantino de Grecia falleció el pasado 10 de enero
Sofía, de 84 años, ha perdido a su hermano Constantino, que tenía 82.
Desde que eran niños, los tres hijos de Pablo y Federico de Grecia, Sofía, Constantino e Irene, mantuvieron una magnífica y entrañable relación. Pero la emérita siempre sintió debilidad por Tino, destinado a ser el último rey de Grecia.
Cuando, justo después del funeral del papa Benedicto en el Vaticano, la reina Sofía abandonó Roma apresuradamente para coger un avión rumbo a Atenas, estaba claro que algo ocurría con su hermano, el exrey Constantino, que llevaba días ingresado en una clínica privada de la capital griega.
El hermano pequeño de la reina Sofía había sufrido, justo el Día de Reyes, un derrame cerebral del que, lamentablemente, no se recuperó. Por eso ella y su hermana, Irene, viajaron a Atenas para acompañar a Tino, como le llamaban cariñosamente, y a su adorada esposa, Ana María, con la que llevaba 58 años casado, en sus últimas horas.
Finalmente, el 10 de enero, se anunció la muerte, a los 82 años, de Constantino II de Grecia, un duro revés para la Reina emérita, que siempre mantuvo una estrecha relación con él.
La reina Sofía tenía muy buena relación con su hermano.
Constantino fue su mayor apoyo en los peores momentos de su matrimonio
De hecho, en los peores momentos de su matrimonio con Juan Carlos, Sofía recurrió a su hermano en busca de refugio y consejo. Lo hizo, por poner un ejemplo, en el 2012, cuando se hizo público que su marido había sufrido un accidente en Bostuana mientras cazaba junto a su íntima amiga Corinna Larsen.
También ella se erigió en puntal para su hermano, sobre todo durante los años del exilio, en los que la Familia Real griega, que dejó el país prácticamente sin nada, siempre fue bien recibida en España, tanto en Zarzuela como, en verano, en el palacio mallorquín de Marivent.
En los últimos años, la preocupación de Sofía por su hermano ha ido creciendo a raíz de sus problemas de salud. Por eso era habitual que viajase hasta Grecia, donde pudo regresar Constantino en el 2013, tras 46 años en el exilio, para pasar con él el mayor tiempo posible.
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