Reina Sofía, su tierna relación con su hermana Irene, su mejor amiga
Tras conocerse sus problemas de salud, Irene reapareció con la Reina en unos premios de arte, donde pudimos comprobar que el lazo que las une es tan fuerte que con una mirada se lo dicen todo
La vacuna contra la soledad de la Reina
Sofía y su hermana de niñas.
Se dice que a lo largo de los años, la complicidad, la amistad y el cariño de las dos hermanas ha evitado que la Reina emérita cayera en períodos de profunda tristeza a causa de su problemas matrimoniales y, en los últimos años, de las disputas familiares y sus solitarios veranos en Mallorca. La tía Pecu (como la llaman sus sobrinos, por su personalidad, tan peculiar) ha sido la confidente de Sofía y también la vacuna contra su soledad.
Pablo y Federica de Grecia con sus hijos, Sofía, Constantino e Irene.
Ahora que el rumor de sus problemas de salud se ha vuelto certeza y que se habla del deterioro cognitivo de Irene, la Reina, de 85 años, está preocupada y le está devolviendo a su hermana pequeña, de 81, todo el consuelo y la comprensión que ha recibido de su parte a lo largo de los años.
Sofía, que ya perdió a su hermano, Constantino, también menor que ella, en enero, está pendiente de sus citas médicas y también de que pueda seguir disfrutando, en la medida de lo posible, de sus pasiones, el arte y la cultura.
En esos años, se forjó la indestructible unión entre las dos hermanas.
A Irene le entusiasma la música clásica –fue pianista profesional–, la arqueología y es lectora empedernida de filosofía, como su hermana, a quien admira sin reservas. "Tiene unas cualidades que me encantaría poseer: serenidad, criterio, responsabilidad y paciencia. Además, siempre sabe lo que hay que hacer", ha dicho Irene.
La recaudación para la fundación de Irene
Unidas por la cultura. Si algo comparten Sofía e Irene es la pasión por el arte. Las dos en un homenaje al director Menuhin a principios de los 2000.
Hace unos días, las dos acudieron al Teatro Real para presidir la entrega de los Premios BMW de pintura y no perderse el concierto que cerró este evento, que era, además, solidario.
Hace unos días, en los Premios BMW.
Los fondos que se recaudaron eran para la Fundación Mundo en Armonía, creada en 1986 por Irene, y estaban destinados a ayudar a Marruecos después de los terremotos que asolaron varias zonas del país en septiembre, dejando casi 3.000 víctimas mortales.
Sofía, pendiente de tía Pecu. La Reina no se separó de su hermana, que mantiene intactas su curiosidad y sus ganas de saber, escuchó las explicaciones de Sofía y charló con los artistas que exponían su obra.
Durante la velada, las dos hermanas conversaron con los artistas y se pudo ver a Irene sonriendo y escuchando atenta todo lo que explicaban, demostrando que, a pesar de sus problemas, sigue muy interesada en el mundo que le rodea y quiere continuar asistiendo a las citas culturales que tanto le gustan.
Desde niñas, las dos hermanas han tenido una gran sintonía y se han complementado. Mientras la emérita era tímida y le costaba hacer amigos, su hermana era una niña alegre, extrovertida y desenfadada.
Nada las ha distanciado. Ni siquiera la boda de Sofía con Juan Carlos.
Y así continuó, siempre en un más que discreto segundo plano, mientras la vida de Sofía seguía el camino de las princesas reales que se casan con príncipes, aunque salgan rana.
"Entendí que mi lugar estaba al lado de Sofía"
En el 2008, la Reina e Irene, que se lesionó un pie y tuvo que ser operada.
En 1981, tras la muerte de su madre, la reina Federica, Irene, que hasta entonces había vivido en la India con ella, se instaló en el Palacio de la Zarzuela. "Vine a Madrid para pasar cinco días y me quedé cinco años. Y según pasaba el tiempo, entendí que mi lugar estaba al lado de Sofía", le confesó a Eva Celada, autora de su biografía "Irene de Grecia, la princesa rebelde".
Hay que recordar que ésta no es la primera vez que Sofía cuida de su gran aliada. En el 2002, a Irene le diagnosticaron un cáncer de mama y la Reina apenas se separó de ella. "Mi hermana se sentaba en mi habitación para hacerme compañía y, a la vez, estudiaba sus papeles y ponía al día la agenda. Sofía cuidó de mí en cada momento durante aquellos meses", le explicó Irene a Celada. Lo mismo que doña Sofía está dispuesta a hacer ahora.