Reina Sofía, muy triste por los nuevos problemas con su familia
Le preocupa que las informaciones que vierta el nuevo documental sobre el oscuro origen de la fortuna de su marido y su relación con Corinna puedan perjudicar al reinado de su hijo
La Reina Sofía, a sus 84 años, no está gozando de la vejez tranquila que le tocaría. La reina emérita vive en palacio con su hermana Irene, su paño de lágrimas y compañera de desvelos, pues su marido se marchó a Abu Dabi y sus hijos y nietos hacen sus vidas, algunas de las cuales le quitan el sueño.
Cuando su yerno Iñaki fue imputado, su marido abdicó y comenzaron a destaparse escándalos varios, ella, que había cumplido a la perfección con su trabajo de reina consorte y abnegada esposa, pudo haberse ido a su Grecia natal con un "ahí os quedáis", pero permaneció en Madrid, ejerciendo de roca, el elemento de unión y bálsamo para toda la familia.
Corinna hablará de nuevo sobre su marido
Hace tres años que Juan Carlos se marchó a Abu Dabi tras salir a la luz informaciones sobre su fortuna personal y su relación amorosa con Corinna Larsen y, aunque su esposa no ha ido nunca a visitarlo, fuentes cercanas al emérito aseguran que se telefonean con regularidad y él estuvo a su lado cuando falleció su hermano, Constantino.
Juan Carlos desea volver a España o, como mínimo, venir más a menudo, pero, independientemente de lo que opine Sofía, en la Zarzuela molestó el revuelo mediático de sus visitas a Sanxenxo, así que deberá permanecer en el golfo Pérsico. Allí recibirá un nuevo varapalo que también será desagradable para su esposa.
Se trata del estreno de la docuserie ‘Juan Carlos: la caída del rey’ (Skyshowtime), un trabajo de investigación que indaga en sus infidelidades y en el oscuro origen de su fortuna a través de entrevistas con allegados, periodistas, el excomisario Villarejo y la mismísima Corinna, quien mostrará algunos de los documentos que custodia y que, supuestamente, comprometen al Rey. "Prueba de su fracaso es que yo esté hablando ahora, revelando secretos que podría haber guardado para siempre", afirma Corinna.
A la Reina emérita le preocupa que las declaraciones de la que fuera "la otra" puedan perjudicar a la Familia Real, algo que no está dispuesta a permitir. Su principal objetivo es ayudar a Felipe a limpiar la reputación de la monarquía y fortalecerla de cara al futuro, por eso, a su edad, sigue amadrinando numerosos proyectos, como los bancos de alimentos, y viajando, como hizo hace unos días a Houston (Texas, EEUU) para presentar diversas iniciativas culturales españolas y entregar los Premios Sophia, del Queen Sofía Institute, entre cuyos galardonados, este año estaban Gloria Estefan y su marido, Emilio.
No ve a Leonor y Sofía tanto como quisiera
Volcada en sus labores, la reina vive al servicio de su hijo y acata con resignación no poder ver tanto como quisiera a sus nietas Leonor y Sofía, centradas al máximo en sus estudios y responsabilidades por decisión de sus padres para alejarlas de polémicas como las que protagonizan algunos de sus primos.
Y es que en palacio no sientan bien las salidas de tono, por ejemplo, de los hermanos Marichalar. De ahí que Sofía haya tenido que ver marchar a su nieto mayor, Felipe Juan Froilán, que, como Juan Carlos, se mudó –o fue obligado a ello– a Abu Dabi, lejos de sus juergas y reyertas de Madrid. La Reina emérita ha vivido con especial angustia la publicación de todos esos entuertos en los que se ha metido el hijo de Elena, que, a sus casi 25 años, no tenía ocupación hasta que lo ficharon en una petrolera de Abu Dabi.
Victoria Federica la avergüenza
Tampoco habrá sido plato de buen gusto para Sofía que su nieta Victoria, lejos de mantenerse en un discreto segundo plano, como se espera de los familiares del Rey, se busque la vida como "influencer", se haya hecho famosa por sus fiestas y saraos y dé una imagen insolente encarándose con la prensa.
Nada que ver con su nieto Pablo, segundo hijo de la infanta Cristina y jugador de balonmano, de quien no puede estar más orgullosa, pues gestionó de manera impecable el interés de los medios por el divorcio de sus padres tras las publicación de las primeras imágenes de Iñaki Urdangarin con su nueva pareja, Ainhoa Armentia.
Desde que éste empezó a ser investigado por corrupción en el 2011, Cristina y sus hijos han sido la gran preocupación de la reina Sofía, que ha viajado en numerosas ocasiones a Ginebra, siendo el mejor apoyo de la Infanta en sus horas más bajas.
Ha tenido que asumir que Letizia es la Reina
La Reina ha intercedido ante Felipe para que, una vez separada de su corrupto marido, el Rey volviera a acogerla en el seno de la familia. De hecho, se dice que fue Sofía quien promovió que Cristina, y sólo ella, fuera quien acompañase a su padre, Juan Carlos, para arropar a Mario Vargas Llosa en su entrada en la Academia Francesa y, poco a poco, está consiguiendo que sus hijos vuelvan a estar unidos, aunque no tanto como antes de que Marichalar, Urdangarin y Letizia llegasen a sus vidas.
Respecto a esta última, la madre del Rey parece haber asumido que la experiodista es ahora la Reina, con un estilo distinto al suyo, sí, pero que está desempeñando su papel a la perfección y que comparte con ella un objetivo que las ha acercado: ser el apoyo incondicional de Felipe para que su reinado sea todo lo tranquilo e íntegro que no fue el de Juan Carlos, ese marido que tantos quebraderos de cabeza le ha dado y le da a la reina Sofía.