El rey emérito, sancionado por Hacienda por no declarar los regalos de sus cacerías
Juan Carlos I ha llegado a un acuerdo de sanción con Hacienda: tendrá que pagar por los regalos de las cacerías que no declaró tras su abdicación
De los tres requerimientos impuestos por Hacienda a Juan Carlos I, este acaba de saldar el tercero y último de ellos. Según indica el diario El Mundo, el rey emérito ha aceptado la última de sus tres sanciones, que tenía como concepto el pago del IRPF de los regalos que recibió en sus cacerías entre 2014 y 2018, es decir, cuando ya no era Jefe de Estado.
Aunque no ha salido a la luz cuánto dinero tendrá que pagar el padre de Felipe VI a la Agencia Tributaria, sí se sabe que la cantidad no es superior a 120.000 euros, ya que cualquier deuda a partir de esta cifra se considera delito contra la Hacienda Pública.
Según le reclamaba el Fisco a Juan Carlos I, este debió declarar los gastos de los desplazamientos en aviones privados con los que le obsequiaron diversos empresarios, viajes que tenían la finalidad de acudir a numerosas jornadas de caza por todo el mundo, su hobbie favorito.
Juan Carlos I ya no tiene cuentas pendientes con Hacienda
Con la aceptación de esta sanción, cuya acta de conformidad ha sido firmada estos días según el citado medio, el rey emérito pone fin a sus problemas con la Hacienda Pública tras pagar más de cinco millones.
En diciembre del 2020, ya viviendo en Emiratos Árabes, Juan Carlos regularizó 678.393,72 euros para no tener que hacer frente a una posible acusación de delito fiscal por los fondos opacos recibidos por el empresario Allen Sanginés-Krause.
Apenas dos meses más tarde, en febrero de 2021, pagó al Fisco 4,4 millones de euros por rentas no declaradas en ejercicios anteriores. ¿El motivo? El mismo que el actual: declarar el IRPF de regalos recibidos, que legalmente son considerados pagos en especies (con su consiguiente obligación de tributar). Al parecer, el rey emérito se habría beneficiado de numerosos vuelos privados gestionados por la fundación Zagatka, propiedad de su primo Álvaro de Orleans.
¿Qué problemas legales le quedan por resolver al rey emérito?
Saldado el tema económico con Hacienda, el único juicio que le queda pendiente a Juan Carlos I es, sin duda, el más complicado de todos, ya que tendrá que hacer frente a las denuncias de Corinna Larsen por acoso, vigilancia legal y difamación.
De momento, la justicia británica sigue estudiando el último recurso impuesto por los abogados del rey emérito, cuya gran baza es la de la inmunidad: "Negarán los actos de acoso y vigilancia ilegal, y si reconocen que hubo seguimiento a la demandante, se hizo en función oficial, por lo que queda cubierta por la ley de Inmunidad de Estado de 1978", informaba hace solo unos días el diario Público.