Máxima de Holanda: el lujoso palacio que vendió la familia real holandesa y que ahora está en la ruina
A pesar de ser una de las residencias de los reyes de Holanda en el pasado, hoy en día el palacio de Soestdijk se encuentra en la ruina
La familia real de Holanda.
El Palacio de Soestdijk, una de las construcciones más emblemáticas de los Países Bajos es una de las cuatro residencias oficiales de la familia real holandesa. Sin embargo, en los últimos días ha acaparado titulares al darse a conocer la curiosa estrategia que se está empleando para intentar salvarlo de la ruina.
Construido en el siglo XVII, fue inicialmente una residencia de recreo antes de convertirse en la residencia oficial de la reina Juliana y su esposo, el príncipe Bernardo. Este palacio presenció algunos de los momentos más importantes de la historia de la monarquía holandesa, albergando a la familia real hasta la muerte de la reina en 2004. Desde entonces se intentan sanear los elevados costes de mantenimiento que comporta mantener una propiedad de estas características.
Un palacio real con serios problemas de mantenimiento
Foto: Palacio de Soestdijk
A pesar de su importancia histórica, el palacio ha pasado por varias manos desde entonces. En 2017, el Gobierno holandés vendió la propiedad al grupo MeyerBergman Heritage Group por 1,7 millones de euros. Desde entonces, se han llevado a cabo múltiples iniciativas para su mantenimiento, incluyendo su apertura como museo, la organización de exposiciones e incluso la celebración de bodas en sus jardines.
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Un palacio de cuento con un interior majestuoso
Foto: Palacio de Soestdijk
A pesar de su deterioro, el Palacio de Soestdijk sigue conservando su elegancia. Sus salones están adornados con candelabros de cristal, muebles de época y alfombras lujosas que evocan su pasado real.
Los interiores del palacio combinan elementos neoclásicos con detalles barrocos. En sus estancias destacan grandes retratos de miembros de la realeza, salones con muebles tallados a mano y una impresionante colección de piezas decorativas. Los amplios ventanales permiten la entrada de luz natural, resaltando la riqueza de los detalles arquitectónicos.
Uno de los espacios más llamativos es la gran sala de baile, un salón deslumbrante con suelos de mármol y decoraciones doradas. Además, los visitantes pueden recorrer habitaciones privadas que en su día fueron testigos de la vida cotidiana de la realeza holandesa.
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Un plan de rescate poco convencional
Foto: Palacio de Soestdijk
El Palacio de Soestdijk ha pasado por varias fases de restauración, pero su conservación sigue siendo un desafío. Entre las medidas adoptadas para financiar su mantenimiento, se ha recurrido a la organización de exposiciones y eventos. Recientemente, se ha implementado una nueva estrategia: la búsqueda de voluntarios para el cuidado de los jardines del palacio.
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Foto: Palacio de Soestdijk
Este plan ha generado opiniones divididas entre la población. Mientras algunos lo ven como una solución creativa para reducir costes, otros critican que un palacio con tanto valor histórico dependa de trabajo no remunerado de voluntarios.
Foto: Palacio de Soestdijk
¿Se podrá recuperar el esplendor de Soestdijk?
Foto: Palacio de Soestdijk
A pesar de las dificultades, el Palacio de Soestdijk sigue siendo una joya arquitectónica que despierta admiración. Con sus interiores majestuosos y su historia fascinante, sigue atrayendo a visitantes de todo el mundo.
Queda por ver si las estrategias actuales lograrán preservar esta emblemática residencia y devolverle el prestigio que un día tuvo dentro de la realeza holandesa.