La Casa Real no gana para disgustos y, para más inri, el protagonista de la última polémica vuelve a ser el duque de York. Andrés de Iglaterra, cuya figura ya está muy denostada desde su implicación en la red de pederastia de Jeffrey Epstein, ahora se ha visto involucrado en un tema que ha llegado al Parlamento británico por su relación con un supuesto espía chino.