Carlos III: se desvela lo incómoda y vieja que es la mansión donde aloja a su familia y amigos
Sandringham House, la residencia navideña de la familia real británica, esconde un secreto: camas antiguas, espacio reducido y condiciones poco confortables pese a la fortuna de Carlos III
Sandringham House: lujo por fuera, incomodidad por dentro
El Palacio de Sandringham en una fotografía de archivo.
Según Ingrid Seward, editora jefe de la revista 'Majesty', Sandringham cuenta con unas 29 habitaciones, insuficientes para acomodar tanto a los invitados reales como al personal que allí trabaja.
El príncipe Guillermo confirmó que este año se esperaba la presencia de unos 45 familiares, un desafío logístico en una casa donde, según expertos, apenas pueden dormir cómodamente entre 16 y 18 personas.
Sandringham House: una pesadilla navideña según el príncipe Harry
El príncipe Harry describió las navidades familiares como una "pesadilla".
Además del espacio limitado, el mobiliario tampoco es digno del lujo esperado. Las camas, descritas como "dedos de pescado", son antiquísimas, con muelles chirriantes y maderas que crujen. Según Seward, “no son nada indicadas para pasar una noche tranquila”.
Estas carencias contrastan con la opulencia que caracteriza a la familia real, cuya fortuna supera los 700 millones de euros. Incluso el príncipe Harry, en su libro 'Spare', calificó las reuniones navideñas en Sandringham como una “auténtica pesadilla”.
En Norfolk, donde se encuentra el palacio de Sandringham, la familia hace su tradicional paseo entre los lugareños.
Pese a estas críticas, la Navidad sigue siendo un evento clave para los Windsor, quienes combinan tradiciones familiares, como abrir regalos en Nochebuena y asistir al servicio religioso en la iglesia Santa María Magdalena, con el habitual desfile ante los lugareños.
Sin embargo, parece que la majestuosidad de la realeza no siempre va acompañada de un confort moderno.