Estefanía, de princesa rebelde a futura abuela de 58 años
Sorprende que la hija pequeña de Rainiero, la que más dolores de cabeza le dio por sus devaneos, viva una madurez tan tranquila, pendiente de sus hijos y a punto de tener a su primer nieto. Jaime Peñafiel nos cuenta sus secretos
El 14 de septiembre de 1982, Mónaco cambió para siempre porque, como he repetido en alguna ocasión, con la muerte de la princesa Grace ese día, se perdió la gracia del Principado.
Fue aquélla una fatídica jornada de la que es imposible no hablar al recordar la vida de Estefanía, que estos días ha cumplido 58 años, sabiendo que, en breve, se estrenará como abuela, ya que su hijo mayor, Louis, anunció el pasado noviembre que él y su esposa, Marie Chevalier (en la foto de arriba, con la princesa y Alberto) estaban esperando su primer hijo.
Desde septiembre de 1982, a la hermana pequeña de Carolina le ha perseguido la sombra de la culpa. Y es que el accidente de coche que acabó con la vida de Grace Kelly se produjo tras una tormentosa reunión familiar en la que madre e hija se enfrentaron por la decisión de la joven de irse de casa, a vivir con su primer gran amor, Paul Belmondo. ¿Conducía Estefanía? ¿O era Grace? Y en cualquier caso, ¿discutía la esposa de Rainiero con su hija, intentando convencerla para evitar la locura que pretendía? No lo sabemos. Lo único cierto es que el vehículo se precipitó por un barranco de 35 metros y la más hermosa y bella soberana que ha tenido nunca monarquía europea alguna perdió la vida.
¿Hasta 17 amantes?
No es mi deseo recoger aquí la biografía de Estefanía, de sobra conocida, sino sus avatares sentimentales, ya que, aunque su madre quiso para su hija un príncipe azul, la joven nunca fue por ese camino.
Se desconoce el número de amantes que jalonaron su joven vida. Hay quien contabiliza hasta 17 y todos esos romances fueron tan intensos como efímeros. Por ello, sorprende que aquella princesa rebelde vaya a convertirse en una dulce abuelita.
El primer novio oficial, como he dicho, fue Belmondo, pero, tras dos años, apareció en su vida Anthony Delon, con quien vivió una fugaz historia de varias semanas. Después, se hizo difícil saber con quién estaba saliendo la hija de Rainiero, porque desde 1984 hasta 1991 pasaron por su vida, entre otros, el piloto Stefan Johansson, los actores Cristopher Lambert y Rob Lowe, el "playboy" Mario Oliver y Jean-Yves Lefur, con quien estuvo a punto de casarse en 1990, cuando él le regaló un maravilloso anillo de brillantes. Pero se dice que el tatuaje que se hizo Estefanía con el nombre de su anterior pareja, Mario, en el culo, provocó una disputa antes de la boda, que nunca llegó a celebrarse.
Como hija del príncipe de Mónaco, Estefanía contó siempre con un servicio de seguridad. Y pronto se convirtió en una experta en el arte de seducir a los guardaespaldas. Daniel Ducruet fue el primero y, a pesar de la oposición de Rainiero y de Carolina, que la apartaron de la vida oficial, el 4 de agosto de 1992, anunció que estaba embarazada. "El padre es Daniel Ducruet, un guardaespaldas de mi familia. Y es un hijo deseado", declaró. El 26 de noviembre de 1992, dio a luz a Louis, y el 4 de mayo de 1994, a su segundo hijo, una niña, Paulina.
Conformada ya una familia tipo, Rainiero acabó aceptando a Ducruet y autorizó la boda, que se celebró en julio de 1995. Pero, en agosto de 1996, Daniel fue pillado haciendo el amor con la cabaretera francesa Fili Houteman. Las fotos, en una piscina, eran espectacularmente escandalosas y el divorcio fue rápido: se produjo en octubre de 1996. Estefanía no podía vivir sin un hombre a su lado y pronto empezó una relación con otro guardaespaldas, Jean-Raymond Gottlieb. En julio de 1998, nació Camille, fruto de esa fugaz y breve historia.
Sus amores circenses, Franco Knie y Adan López
Y como la vida de Estefanía era un circo, pues acabó liándose con el propietario de uno, Franco Knie, con el que se fue a vivir, con sus tres hijos, a un remolque circense. "El sueño secreto de mi padre era ser director de un circo. De él, he heredado esa pasión", diría la princesa. Durante el tiempo que estuvo viviendo en aquel ambiente hizo gran amistad con el acróbata Adan López, de quien se enamoró y con quien se casó en el 2003. Pero esa historia tampoco tuvo final feliz: 11 meses más tarde, el matrimonio se divorció, y Estefanía volvió al palacio.
Parece que los años han aplacado a la princesa rebelde, quien, a pesar de sus deslices, sigue siendo muy querida en el Principado, donde, en los últimos años, se ha volcado en su familia. "Soy una madre leona. Y mis hijos no me han salido del todo mal, ¿no? Son guapos y les he metido en la cabeza valores buenos… No me arrepiento de nada", ha declarado.