Esta semana, con motivo del 65º cumpleaños de Ernesto Hannover, nuestro colaborador Jaime Peñafiel nos recuerda los escándalos más sonados del todavía marido de Carolina de Mónaco.
«El pasado 26 de febrero, el príncipe Ernesto Augusto de Hannover cumplió 65 años. Y no lo hizo precisamente en las mejores condiciones ni físicas, ni económicas, ni familiares», lamenta Peñafiel, quien reconoce que el aristócrata se ha ganado su fama de escandaloso «a pulso».
«Los españoles vivimos muy de cerca la falta de ética, estética, dignidad y vergüenza del jefe de la Casa Real de Hannover» en la boda de Felipe y Letizia, a la que «Carolina llegó más sola que la una con un elegantísimo conjunto azul de Chanel y una enorme pamela que ocultaba la tristeza de su rostro. Había llorado y mucho». El motivo, tal y como explica nuestro colaborador, su marido «se había presentado en el hotel bien entrada la madrugada totalmente borracho».
Eso sí, mucho peor fue lo ocurrido la pasada primavera en Lima con motivo de la boda de su segundo hijo: «Llegó a perder el conocimiento y tuvo que ser internado en una clínica limeña».
Además, «en 1998 agredió a paraguazos a un paparazzi. Dos años después, le pillaron “in fraganti” orinando ante el pabellón turco en la Expo de Hannover y, en vez de asumir sus acciones, persiguió a la fotógrafa, la insultó y le dio una patada».
Pero aquí no queda todo... «En Kenia, acabó causándole rotura de costillas y contusiones en la cara y en el cuello al propietario de una discoteca que, según decía, le estaba molestando».
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