Jaime Peñafiel nos cuenta los suicidios que han marcado a las familias reales
Al enterarme de que Gabriella Windsor no logra superar la muerte de su marido, que se pegó un tiró hace dos meses, recuerdo a otros ‘royals’ que decidieron morir porque no soportaban el peso de la vida
Lady Gabriella y Thomas Kingston, con quien se casó en el 2019.
Dos meses después de la muerte de su esposo, Thomas Kingston, por un tiro en la cabeza, una consternada Gabriella Windsor vuelve poco a poco y dolorosamente a la realidad. Lo que parecía un cuento de hadas, con una boda en el 2019 en el castillo de Windsor y un futuro prometedor, se convirtió en tragedia el pasado 25 de febrero, cuando el financiero, incomprensiblemente, se quitó la vida después del almuerzo.
Ahora, la joven Gabriella, incapaz de seguir viviendo en el hogar conyugal de Notting Hill, repleto de recuerdos de una vida que jamás volverá, se ha mudado al palacio de Kensington con sus padres.
Cada 30 segundos se suicida una persona en el mundo
Tatiana Blatnik se enteró a los 14 años de que su padre se suicidó.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, cerca de 800.000 personas se quitan la vida en todo el mundo y hay muchas más que intentan hacerlo sin lograrlo.
“Eso significa una persona cada 30 segundos aproximadamente”, comenta Tatiana Blatnik, recientemente separada de Nicolás de Grecia, y una mujer muy concienciada acerca de este problema social que le ha afectado directamente. A los 14 años, la princesa se enteró de que su padre se había suicidado cuando ella tenía 7.
"Fue un trauma. Lo que más me afectó fue el hermetismo que se generó en torno a las circunstancias de su muerte. No fue el acto suicida lo que me impactó, sino el silencio” declaró. Por ello, está dispuesta a pronunciarse si con sus palabras ayuda a que deje de ser un tema que todavía es tabú y un estigma para nuestra sociedad.
La hermana de la reina Letizia falleció con solamente 31 años
Letizia Ortiz llorando en el entierro de su hermana Érika.
Porque larga es, por desgracia, la lista de familias famosas que han perdido a un ser querido por suicidio. Sin ir más lejos, los Rocasolano. Muchos recordarán todavía que en febrero del 2007, se quitó la vida Érika Ortiz, la hermana menor de la reina Letizia, y que fue su novio quien encontró su cuerpo en su casa de Valdebernardo.
Erika Ortiz falleció a los 31 años.
Según la autopsia, la joven murió por la ingesta de medicamentos. Tenía sólo 31 años y era madre de una hija de 6, Carla Vigo.
Máxima Zorreguieta perdió a su hermana a los 33 años
Máxima de Holanda y su marido en el entierro de su hermana.
Esta tragedia une de manera especial a Letizia con Máxima Zorreguieta, la reina consorte de los Países Bajos. La argentina quedó devastada después de que, en junio del 2018, su hermana pequeña, Inés Zorreguieta, fuese hallada muerta en su casa de Buenos Aires. Tenía 33 años y decidió quitarse la vida después de una existencia marcada por la inestabilidad de su salud mental.
Inés Zorreguieta, hermana de Máxima de Holanda, que se quitó la vida en el 2018.
“Mi querida y talentosa hermana pequeña, Inés, estaba enferma. No podía encontrar alegría y no pudo curarse. Nuestro único consuelo es que ahora, finalmente, ha encontrado la paz”, dijo Máxima.
Ari Behn fue encontrado muerto el Día de Navidad
Ari Behn, ex de Marta Luisa de Noruega y padre de sus tres hijas se suicidó en el 2019.
También el exmarido de Marta Luisa de Noruega, Ari Behn, padre de sus tres hijas, fue encontrado muerto el día de Navidad del 2019 en su casa de Oslo, a causa de una depresión que arrastraba desde su infancia.
Marta Luisa de Noruega y sus hijas.
Su hija mayor, Maud Angelica, de 16 años, aprovechó el funeral de su padre para pedir ayuda con un discurso que conmovió al mundo. “Un suicidio no es culpa de nadie. No podemos culparnos a nosotros mismos. Es como una enfermedad mortal. Mi papá debía de estar tan cansado que no vio otra salida”, dijo.
El terrible drama de la Familia Real persa
Farah Dibah en una imagen de archivo cedida por Jaime Peñafiel.
Pero una de las mayores tragedias que yo recuerdo, la vivió la emperatriz Farah Dibah. Porque de los cuatro hijos habidos en su matrimonio con el sha de Irán, dos se suicidaron. Estas muertes las viví de cerca, dada mi entrañable amistad con la Familia Real persa.
La desaparición de Leila, el 10 de junio del 2001 en Londres, sumió a Farah en una desesperación inconsolable. Leila acababa de cumplir 31 años y no se había recuperado, primero, del derrocamiento y expulsión de Irán de su familia, y, después, de la muerte de su padre. “Había vivido años dolorosos, de luto y hundimiento de todo lo que había estructurado su vida”, me confesó su madre.
Por si no fuera ya suficiente tragedia, el 4 de enero del 2011 llegó la muerte de Ali, el menor de los cuatro hijos del sha y Farah. Tenía novia, Raha Didevar, y esperaba una hija, Iryana Leila, que nacería el 26 de julio. Tras una lucha de cuatro años contra la depresión por el exilio y la muerte de su padre y de su hermana, decidió quitarse de en medio pegándose un tiro en su residencia de Boston. Tenía 44 años.
“No te sobrepones a la muerte de un hijo y desde aquel día lloro en silencio a mi pequeña Leila por no haber podido ayudarla”. Esas palabras eran las mismas que yo dejé escritas en la esquela que se publicó en ‘ABC’ el día que murió Isabel, mi hija. “Ni tu madre ni yo pudimos hacer nada por salvarte la vida”.