En plena expansión de su programa espacial, China ha logrado algo inaudito: posar una nave sobre la cara oculta de la Luna y teledirigir desde la Tierra un todoterreno que, durante un tiempo, estudiará el suelo y el relieve de la zona en busca de datos sobre el origen y la evolución del satélite.
La cara que nunca vemos del satélite es muy diferente a la que podemos ver, con muchos más cráteres y, aparentemente, con una composición distinta. Según los científicos, esta investigación podría ayudar a descubrir importantes datos sobre la formación del sistema solar.
En la misma línea, la NASA ha logrado llegar hasta la frontera del sistema solar y, hace sólo unos días, una de sus sondas alcanzó Ultima Thule, un asteroide con forma de cacahuete que es el cuerpo celeste más lejano jamás explorado. Esta semana Pronto te lleva a las estrellas. ¿Te apuntas?