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Una camarera trabajando con mascarilla en un bar del centro de Málaga

E.C.

Hoy está previsto que se apruebe el decreto de la ‘nueva normalidad’ donde se recogen las medidas que regirán nuestras vidas a partir del 21 de junio, fecha en la que acabará la sexta y última semana de estado de alarma.

Desde el pasado 14 de marzo, los españoles hemos estado confinados en nuestros hogares y, por fin, la mayoría volveremos a la actividad diaria que hacíamos antes del coronavirus. Sin embargo, lamentablemente, no podemos, ni queremos, pasar por alto que cerca de 28.000 personas nos han dejado por culpa del coronavirus.

Un hombre descansa en un banco de Barcelona.

Cicatrices y balcones

A veces no es fácil tomar conciencia de la verdadera magnitud de lo que ha ocurrido. El desorbitado y triste número de personas que han fallecido en tan solo tres meses en nuestro país es mucho más que una cifra. Cada uno de esos registros es una persona y, en muchas ocasiones, dos de ellos, son matrimonios que se marcharon juntos o uno detrás del otro. Es lo que tiene vivir juntos y compartir el aire que respiramos.

Un vecino de Madrid, un periodista de 31 años que reside desde hace año y medio en el barrio de Embajadores, una zona en la que la media de edad es alta y sus vecinos se conocen desde hace años, quiso compartir una reflexión en las redes. José Antonio Bautista, que es como se llama el joven, tiene su casa enfrente de un edificio de viviendas con balcones. Uno de ellos, hasta hace unas semanas estaba lleno de plantas verdes, cuidadas y mimadas por una pareja de ancianos. Sin embargo, lo que José Antonio puede ver ahora es la misma terraza, pero con las plantas ahora marchitas, descuidadas y abandonadas. ¿Qué es lo que ha pasado? Muy sencillo. Sus dueños fallecieron de COVID-19 y ahora, tal y como él mismo explica en su cuenta de Twitter, esa terraza se ha convertido en “una de las cicatrices visibles de la pandemia”.

José Antonio ha publicado una foto de la terraza de sus vecinos que debería recordarnos todo lo que hemos pasado estas semanas y, de este modo actuar con responsabilidad ahora que empezamos a ver ‘la luz al final del túnel’.

 

Normalidad “con mascarilla”

Cuando finalice el estado de alarma el próximo 21 de junio, comenzarán a regir una serie de normas creadas con el fin de evitar la aparición de nuevos brotes de coronavirus. Entre ellas, las dos más importantes son: el uso obligatorio de mascarillas y el mantenimiento de la distancia de seguridad, que pasa de 2 metros a 1,5 metros. De modo, que se podría decir que será posible la vuelta a todas las actividades, pero “a distancia”.

Y, ¿hasta cuándo tendremos que acatar estas normas? Su vigencia se prolongará hasta que el Gobierno declare que la crisis sanitaria ha concluido, lo que, según el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ocurrirá cuando haya una terapia o vacuna eficaz contra el virus.

Ambiente en el mercado de Los Encantes, en Barcelona.