¿Buscas un alimento que te inunde de vitalidad y refuerce tu estado de salud? Lo acabas de encontrar: los frijoles. Estas alubias de color negro son una fuente importante de energía de larga duración.
Es la segunda legumbre más rica en calcio. Este hecho, sumado a su riqueza en vitamina K y en fitoestrógenos, convierte a los frijoles en un alimento útil en caso de haber sufrido una fractura ósea o de padecer osteoporosis. Además de ser ricos en fibra soluble, almidón resistente y potasio, son también una buena fuente de antocianinas, un aliado de la salud del corazón. Cocínalos en una olla de presión –a menos tiempo de cocción, mayor aporte antioxidante– y te beneficiarás de su potente acción anticancerígena.
¡Y para tener en cuenta! La presencia de cobre, hierro, zinc y biotina, proporcionará una inyección de brillo y energía a tu cabello.
Más por menos: los frijoles, más baratos que los granos de soja, ofrecen un 35% menos de calorías, entre otros motivos porque apenas contienen grasas (un 0,2% de su peso).