La abuela de Daniel Sancho, destrozada: no viajará a Tailandia
A Noela Aguirre se le ha roto el corazón tras saber que el “niño de sus ojos” podría ser condenado a muerte
Daniel Sancho, el ojito derecho de sus abuelos
Sancho Gracia, con Rodolfo y Daniel. A Noela le encantaba mirar cómo su marido jugaba con el niño.
Recuerdo que Sancho Gracia, o, mejor dicho, Félix, como se llamaba realmente, pasaba horas jugando con el chaval mientras su esposa les miraba embelesada desde su rincón preferido del salón, una zona en la que siempre suele sentarse en un amplio sillón para leer y ver la tele.
Una vez, ella me confesó que "mi nieto es un chico ejemplar, buen estudiante y gran deportista, si se lo propone llegará muy lejos en el mundo del tenis", pero una grave lesión recondujo su camino hacia el campo de la gastronomía.
"Ni en sus peores pesadillas podría imaginárselo"
El matrimonio con sus tres hijos.
Hasta su fatídico viaje a Tailandia, Dani sacaba a su abuela un día a la semana y se la llevaba a comer a restaurantes de lujo de la capital madrileña. Hacían muchos planes juntos y disfrutaban de momentos de cariño muy emotivos. Podían pasarse horas hablando de lo humano y lo divino. Por eso, Noela se extrañó de que su nieto llevara tanto tiempo sin visitarla. Preguntaba pero no recibía respuestas coherentes. "Dani está de viaje", le respondían sus hijos, ocultándole al principio los trágicos motivos que le retienen en Tailandia. Incluso evitaban que descubriera la verdad viendo la televisión. Pero llegó un momento en el que les fue imposible esconderlo.
Me cuentan que al enterarse del asesinato, se le nubló el alma, su rostro marcado por las lágrimas le impedía entender una situación tan macabra. Ya es una mujer mayor y no está en condiciones de viajar miles de kilómetros hasta esa isla tailandesa en la que su nieto espera un juicio que le puede condenar a la pena de muerte o, si el rey le indulta, a estar preso de por vida, aunque ella ha manifestado su deseo de ir.
En su interior no cabe la idea de que su nieto sea ajusticiado. Ése es el drama de una abuela desesperada a la que, de momento, sus hijos han decidido que no mantenga videoconferencias con el "niño de sus ojos". Saben que serían conversaciones angustiosas que podrían ahondar aún más su inmensa pena. Noela es una mujer muy sensible, ni en sus peores pesadillas podría imaginarse que su Dani fuera un asesino. No le cabe en la mente lo que está sucediendo.
Un amigo de los Sancho Aguirre me revela que "si fuera por ella, ahora mismo embarcaría en el primer avión hacia Tailandia, ella es así, resolutiva y con una fortaleza increíble. Sus hijos le han hecho desistir de tal deseo. Rodolfo estuvo viéndola hace unos días, hablaron largo y tendido sobre la situación y los dos lloraron al unísono y se abrazaron. La abuela está destrozada… Siente que le han partido la vida en dos".
Noela dejó su país natal por el gran amor de su vida
Sancho Gracia y Noela, con Rodrigo y un recién nacido Rodolfo.
La historia de amor de Noela y Félix (Sancho Gracia) nos remonta a Uruguay, de donde ella es oriunda. En el país sudamericano se conoció la pareja, cuando el español estudiaba Arte Dramático en Montevideo.
Ella, que se licenció en Periodismo, era hija de un importante político y se movía entre la alta sociedad de su país. Los presentó un amigo común, quien más tarde contó que aquello fue un flechazo. Sin embargo, Félix se vino a España a trabajar como actor y Noela permaneció en su tierra ejerciendo el periodismo.
Noela quedó desolada tras la muerte de Sancho Gracia
Noela y Sancho, cuando el actor estaba enfermo de cáncer.
Separados por miles de kilómetros, decidieron casarse por poderes en 1967, y al poco tiempo, la comunicadora se instaló en Madrid, y formaron un matrimonio ejemplar hasta que, el 8 de agosto del 2012, él falleció víctima de un cáncer. Su mujer quedó desolada, se acababa con esa muerte el período más feliz de su vida.
En estos días, Noela pasa las horas encerrada en casa, atenta a todo lo relacionado con Daniel, sin ganas de nada, según asegura una fuente de su entorno. Su hijo Rodrigo ha dejado muy claro que "nuestro trabajo es intentar mantener a mi madre al margen de todo esto. Mi sobrino tenía mucha relación con su abuela y la ayudaba mucho. Por eso intentamos suplir esa falta".
A pesar de todo, nada consigue calmarla. Le cuesta creer que su Dani haya matado a alguien, busca respuestas que no encuentra, no tenía constancia de la especial relación entre su nieto y Edwin Arrieta, el primero nunca le habló del colombiano y menos de la extraña relación que mantenía con él. Esa historia era un misterio, un episodio vital que Daniel guardaba con total secretismo. Muy pocos eran partícipes de la amistad que les unía. Es más, Noela se sentía encantada con la relación de Dani y su novia Laura que empezó hace cinco años y a la que ella había dado el visto bueno. Veía a su nieto feliz y su felicidad era compartida. Hoy, esa unión está rota y el recluso le dejó muy claro a Laura que siga su camino y se olvide de él para siempre.