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Alberto Chicote, sobre su nuevo programa: "Me asusta llevarme una puñalada"

El televisivo chef regresará pronto a La Sexta con 10 nuevas entregas de 'Pesadilla en la cocina'

Alberto Chicote.

Redacción

Hace ya una década que Alberto Chicote apareció en la tele con sus coloridas chaquetillas y su inseparable pulsera masái para ayudar a otros compañeros de su querido sector. Próximamente, tras dos años sin grabar por la pandemia, 'Pesadilla en la cocina' volverá por fin a La Sexta con una octava temporada de 10 episodios.

Feliz del regreso del programa, Alberto nos contó: "Hemos dado con restauradores que lo estaban pasando muy mal tras la pandemia y tenían ganas de tirar adelante, pero sin saber cómo. Ha sido muy grande trabajar con ellos". Hablamos largo y tendido con el chef sobre esta nueva etapa televisiva.

PRONTO: ¿Cómo te ha cambiado la tele en esta década?

ALBERTO CHICOTE: Desde el inicio, me he esforzado mucho en conservar aquello de mi vida que me gustaba. Sigo con los mismos amigos, leyendo lo mismo, montando Legos... Eso sí, me he podido comprar un restaurante que no hubiese soñado en mi vida, pero Alberto Chicote es el de siempre.

P.: ¿Emocionalmente, has ido bajando el nivel de implicación en la televisión?

A. CH.: No, mi implicación personal siempre es la misma. Y paso semanas durísimas, te lo aseguro. Yo aviso a mi mujer: "Ya estoy en modo 'Pesadilla'", le digo, porque me olvido del mundo y no atiendo a nada. El programa es muy exigente.

Chicote se acaba de casar con su pareja, Inma Núñez.

Alberto Chicote, con miedo a las reacciones de los participantes

P.: ¿Qué te choca más de todo lo que ves en las cocinas?

A. CH.: Lo peor es el decaimiento, la dejadez y la falta de interés. Cuando en un negocio las cosas no andan, llega esa dejadez: lo que hacías cada día, pasas a hacerlo una vez a la semana; luego, una vez al mes y, después, pasas a no hacerlo, porque... ¿para qué?

P.: Y eso que muchos limpian a fondo antes de que vayas…

A. CH.: Da igual, porque el que no ha limpiado nunca, cuando se pone, se cansa enseguida y sólo limpia lo que se ve. Como lo que no se ve me lo conozco, le pillo.

P.: Vivís situaciones de extrema tensión. ¿Alguna vez has temido por tu integridad?

A. CH.: A veces, he pensado: "Hoy va a ser el día en el que me llevaré una torta". Esta temporada, por ejemplo, me veréis en una cocina donde una de las personas estaba muy fuera de lugar. Al hablarme, veía mucho odio en sus ojos. Entre nosotros había una mesa de trabajo y, en la tabla, había muchos cuchillos. Disimuladamente, los quité. Llevarme una galleta no me asusta, pero una puñalada, sí.

P.: Te dolerá que una vez que te vayas, haya negocios que no consigan salir adelante.

A. CH.: Yo nunca me despido del equipo del restaurante sin decirles: "Tenéis una oportunidad de oro, aprovechadla". Nosotros les ofrecemos las herramientas, el conocimiento y la oportunidad, pero muchas veces no les va bien porque no hacen lo que les dijimos.

P.: ¿Qué tal tu nuevo negocio?

A. CH.: Muy bien. Las obras se alargaron muchísimo, pero en julio y en agosto nos hemos rodado y, ahora, ya estamos a tope.