Dos meses después del anuncio oficial de su separación de Raquel Perera, Alejandro Sanz vuelve a sonreír por «culpa» de la preciosa artista cubana, Rachel Valdés, 20 años menor que él y a la que conoció, no se sabe cuánto tiempo atrás, por mediación de amigos comunes.
Es en ella en quien, a buen seguro, se está apoyando el cantante para superar un momento complicado de su vida, no sólo por su separación, sino también porque acaba de ser condenado a pagarle a su exmánager 5,4 millones de euros por romper su contrato de forma unilateral. El Juzgado de Primera Instancia número 74 de Madrid destaca el «incumplimiento doloso» del contrato por parte de Alejandro en relación con la empresa que le representaba.
Lee el completo reportaje que publica esta semana tu revista Pronto.