Ana Obregón se refugia en su nieta en medio de la polémica por la donación del dinero a la fundación de su hijo
Ana Obregón permanece, de momento, ajena a la información que atañe a la Fundación Aless Lequio, a la que no habría donado todo el dinero que prometió
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Tras despedir un 2023 en el que se había convertido en la abuela de Ana Sandra, Ana Obregón ha protagonizado, con perdón de la nueva paternidad de Bertín Osborne, una de las primeras polémicas del año.
Hace unos días salía a la luz una delicada información: según apuntaba Informalia, "Ana Obregón no ha aportado hasta el momento a la Fundación Aless Lequio los fondos de sus exclusivas ni del libro 'El chico de las musarañas'". Y es que en su día, Obregón declaró que iría a parar a la fundación que lleva el nombre de su hijo y que lucha contra el cáncer infantil "todo lo recaudado en exclusivas y en los derechos de autor del libro 'El chico de las musarañas'".
Ana Obregón aclara lo sucedido con las donaciones a la Fundación Aless Lequio
Ana Obregón, el día de la presentación de la Fundación Aless Lequio.
Tras el escándalo que se desató en pocas horas, la artista se puso en contacto con varios medios de comunicación. Y, mientras que a la periodista Lorena Vázquez le dijo que "he donado algunas exclusivas. No todas, porque ahora tengo una boca que alimentar", información que ésta reveló en 'Espejo público', al portal Vanitatis Ana le explicó que también ha donado "un bolso de mi madre, que se sortea".
Ana Sandra, su refugio ante las polémicas
En sus redes sociales, no se ha pronunciado sobre el tema. De momento, solo el diario El Español ha informado de la posibilidad de que Ana "estudie poner lo publicado en manos de su letrado". Al parecer, estaría recibiendo asesoramiento legal porque "quiere que se repare el daño gratuito que le están haciendo", explican.
Mientras tanto, los días pasan en su casa de La Moraleja, donde vive con su nieta, Anita. Y, desde allí, suele mostrarnos vídeos caseros con la bebé, como el de sus primeras palabras que subió hace unos días, o el más reciente, de hace sólo unas horas, donde vemos a la pequeña desatando, divertida, los cordones de los zapatos de su abuela.