Ana Obregón vuelve a recuperar su vida tras sus años más duros
La actriz reapareció en el enlace de Javier García Obregón y Eugenia Gil Muñoz, donde se recordó a Aless Lequio y también a los padres de la intérprete
Ana Obregón es feliz de nuevo desde el nacimiento de Ana Sandra.
Después de 7 años de noviazgo, Javier García-Obregón y Eugenia Gil Muñoz se dieron el “sí, quiero” el pasado 1 de mayo en la iglesia de San Fermín de los Navarros de Madrid. Al enlace no faltó ninguno de los tíos paternos de Javier, entre los que se encuentra la mediática Ana García Obregón, quien vivió esta celebración con sentimientos encontrados.
Ana Obregón acudió sin su nieta al enlace
Ana Obregón en la boda de su sobrino.
Antes de acceder al templo, la presentadora y actriz, madrina de bautismo del novio, no pudo evitar romperse ante las preguntas de los periodistas.
Ana García Obregón posó de manera improvisada con tres de sus cuatro hermanos. De izquierda a derecha, Celia, Amalia, Javier, padre del novio, y la esposa actual de éste, María Thevenet.
“Estoy emocionada y, por un lado, triste porque me hubiera encantado que….”, dijo, sin poder continuar, puesto que las lágrimas se le asomaron a los ojos. Tras unos segundos, intentó recomponerse y explicó que les deseaba a los contrayentes toda la felicidad del mundo.
Cuando le preguntaron si su hija-nieta, la pequeña Ana, acudiría, explicó que no. “La he dejado en casa con todo el dolor de mi corazón”, afirmó.
Paloma Lago lució un favorecedor diseño largo para ejercer de madrina de su hijo.
Muy nervioso se confesó el novio antes de entrar en el templo, al que accedió del brazo de su madre, Paloma Lago, quien vistió del mismo color que su excuñada Ana. La ceremonia tardó en empezar casi 45 minutos porque, como es tradición, la novia se hizo esperar. Eugenia lució un vestido de tirantes hecho a medida por Anmargo.
“Ha sido muy bonito y emotivo”
Tras convertirse en marido y mujer, Javier y Eugenia salieron radiantes del templo y se besaron ante los asistentes a la ceremonia.
Ya convertidos en marido y mujer, los contrayentes salieron pletóricos del templo bajo una lluvia de pétalos y se besaron apasionadamente. Aunque la felicidad embargaba a la mayoría de los presentes, Ana García Obregón, que lució el colgante con el nombre de su hijo fallecido, continuaba dominada por la emoción tras la ceremonia y, entre lágrimas, contó el motivo a un reportero de ‘Socialité’. “Ha sido muy bonito, muy emotivo, ha habido un recuerdo a mis padres y a Aless. Estoy muy emocionada”, declaró antes de romper a llorar.
Los novios, saliendo de la iglesia.
Tras celebrar su unión en una finca en las afueras de Madrid, los recién casados pusieron rumbo a Indonesia.