Ana Rosa Quintana se enfrenta con optimismo a su nueva operación
Fue su compañero Joaquín Prat quien reveló que la presentadora debe pasar por el quirófano
Ana Rosa Quintana, de 66 años, está compartiendo con todos sus seguidores su lucha contra el cáncer.
Desde que le diagnosticaron cáncer de mama, Ana Rosa Quintana ha ido manteniendo informados a sus seguidores compartiendo cada cierto tiempo mensajes en las redes sociales. El pasado 6 de abril la periodista subió, conjuntamente con su profesora de yoga, una foto de ella practicando esta disciplina para resaltar el beneficio que le está aportando en su lucha contra la enfermedad.
La nueva “aparición pública” de la presentadora fue muy comentada y, entre los que quisieron hablar de ella ante las cámaras, estuvo su compañero Joaquín Prat. “Algunos integrantes del equipo de este programa tuvimos la suerte de comernos un cocido en casa de Ana Rosa, le dijimos que había mucha gente preguntando por ella y se animó a subir la foto haciendo yoga”, explicó Prat.
El yoga, una gran ayuda durante el tratamiento
Además de revelar que habían compartido comida, el presentador alabó el aspecto de su jefa, aportando una información que hasta entonces desconocían los espectadores. “Parece que no se haya sometido a un tratamiento de quimioterapia por el estado de ánimo y su físico ni parece que vaya a tener que afrontar una intervención quirúrgica en apenas unos días”, manifestó.
El tono tranquilizador de Prat se debió a que Ana Rosa encara la operación con el optimismo que la ha caracterizado desde que hizo pública su enfermedad. “Estoy tranquila, confío en mis médicos. Soy una afortunada por tener tanto amor a mi alrededor”, destacó el día que anunció que dejaba temporalmente el programa para empezar el tratamiento.
Además de seguir las indicaciones de los médicos, en estos meses Ana Rosa no ha abandonado la práctica del yoga, que le ha sido de gran ayuda. Su maestra, Carmen Cánovas, elogió la actitud de la presentadora. “Cuando la diagnosticaron, lejos de abandonar la práctica y después de consultar con su oncólogo, Ana decidió continuar. Estos procesos son duros física y emocionalmente, así es que hemos ido adaptando la práctica según las necesidades del momento”, señaló.
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