Anabel Pantoja: lo que piensan sus vecinos de ella
A punto de dar la bienvenida a su primera hija, los vecinos de Arguineguín alaban la cercanía y simpatía de Anabel Pantoja, quien se ha ganado su cariño en esta etapa tan especial de su vida
Anabel Pantoja.
A punto de dar a luz a su primera hija, Anabel Pantoja está disfrutando de los últimos días de su embarazo en Arguineguín, una encantadora localidad de Mogán, en Gran Canaria.
Allí, junto a David Rodríguez, el padre de su bebé, la influencer vive una etapa llena de emociones, compartiendo con sus seguidores las luces y sombras de este momento tan especial.
El embarazo de Anabel Pantoja: una recta final complicada
Anabel Pantoja.
Desde el inicio de su embarazo, Anabel no ha tenido reparos en hablar con total naturalidad sobre los contratiempos que ha enfrentado. "Tengo un lumbago que no me ha dado en todos estos meses. Una presión en la barriga, una tirantez… horrible, horrible", confesó recientemente a través de sus redes sociales.
Sin embargo, la ilusión por conocer a su pequeña, compensa todas las molestias: “Tengo muchas ganas de verle la cara”, ha reconocido.
Anabel Pantoja en el agua.
La influencer también ha destacado que estar cerca del agua, ya sea en la piscina o el mar, le ayuda a sobrellevar estos días. "Meterme en el agua me alivia", aseguró, mientras sus seguidores le enviaban mensajes de ánimo y cariño en cada publicación.
Anabel Pantoja “siempre tiene una sonrisa para todos”
Anabel Pantoja.
La conexión de Anabel Pantoja con Arguineguín va más allá de su embarazo, pues los vecinos de esta localidad la describen como una persona cercana y simpática. "Es un orgullo tenerla aquí. Siempre tiene una sonrisa y un saludo para todos. Es como si siempre hubiera vivido aquí", afirmó un residente a un reportero de la Televisión Canaria.
Además, han valorado positivamente cómo utiliza sus redes sociales para promocionar los encantos del lugar, destacando sus playas, mercadillos y tradiciones locales.
Anabel Pantoja y David Rodríguez.
Entre paseos por el puerto y momentos compartidos en las terrazas de la zona, Anabel se ha convertido en una vecina más de este pueblo canario. Su espontaneidad y su estilo de vida, lleno de autenticidad, le han ganado el cariño de quienes la ven como una embajadora de las maravillas de Arguineguín.