Arancha de Benito sobre su hija: “Miky le ha hecho mucho bien a Zayra, la veo feliz y tranquila”

Parece que el amor le ha sentado más que bien a Zayra Gutiérrez. También poner tierra de por medio, pues desde que se ha marchado a Londres se acabaron las polémicas y los llamativos titulares que tanto juego han dado en los últimos meses a raíz de sus desfases o sus salidas de tono ante la pandemia. La joven, enamorada de Miky Mejías, está disfrutando de su amor en Londres, donde permanecerá hasta agosto para reforzar su inglés y para ver qué tal se le da eso de vivir emancipada. 

Feliz, su madre nos habló sobre la joven en el photocall de la fiesta que se celebró el pasado jueves 27 de mayo en el Cine Capitol de Madrid, donde se presentó el nuevo libro escrito por DJ Nano.  “A DJ Nano lo conozco desde hace más de veinte años, de tener muchos amigos en común, de ir a sitios a bailarle, de meterme en la cabina a chincharle”, nos contó Arancha de Benito, que acudió al evento acompañada de su hijo Aitor. 

"Mi hija está buscándose la vida en Londres"

PRONTO:  Hoy vienes muy bien acompañada por tu hijo Aitor. 

ARANCHA DE BENITO: Sí, está estudiando Periodismo y le he dicho que me acompañara a la presentación de este libro. Es la primera vez en su vida que se pone en un photocall y no le dan miedo las cámaras, pero sí que es más tímido que Zayra.

P.: ¿Es buen estudiante?

A.D.B.: Sí, aunque podría ser mucho mejor estudiante si se esforzara más.

P.: ¿Cómo le va a Zayra en Londres?

A.D.B.: ¡Muy feliz! Ella está modo “in love”, le hubiera dado igual estar en Londres que en Cuenca.

P.: ¿Tú estás contenta con la decisión de que se haya ido a Londres con su chico, llevando tan poco tiempo?

A.D.B.: Sí, yo sí. Ella está feliz y es una experiencia de unos meses, no es que se haya ido para siempre con todos los bártulos y se haya emancipado de casa. Se ha ido unos meses a descubrir, a experimentar, a vivir, y me da mucha envidia.

P.: ¿Y qué te parece a ti su novio?

A.D.B.: ¡A mí me cae muy bien Miky! Porque veo el bien que hace en ella. Personalmente tampoco lo conozco mucho porque no he tenido el tiempo suficiente como para juzgarle, y no me gusta hacerlo, pero yo veo en cómo repercute en Zayra y yo a ella la veo inmensamente feliz y tranquila.

P.: ¿Echa de menos España?

A.D.B.: Pues bendita tecnología, hablamos todos los días dos veces mínimo por vídeollamada.

"A mí me mandaron a Estados Unidos para separarme de un novio"

P.: ¿Se ha buscado allí un trabajo para mantenerse?

A.D.B.: No, está estudiando inglés, reforzándolo porque ella ya lo hablaba bien porque ha estudiado en un colegio bilingüe. Y está descubriendo la vida, siendo una amita de casa cocinando, limpiando, buscándose la vida.  

P.: ¿Irás a verla?

A.D.B.: No puedo, y ella vuelve en agosto.

P.: Tú, de joven, ¿eras tan echada para adelante como ella?

A.D.B.: Sí, sí. A mí me mandaron a Estados Unidos para separarme de un noviete. 

P.: ¿Y lograron romper la relación?

A.D.B.: ¡Para nada! Yo tenía 18 años y estaba en C.O.U., mi último año de instituto, y mi padre estaba empecinado en que tenía que aprender inglés porque entonces los colegios no eran lo que ahora. Mi chico era mucho más mayor que yo y no les gustó, y me mandaron fuera. Luego vine y estuve dos años más con él, pero al final las cosas caen por su propio peso. Yo era una niña, pero me enamoré locamente. Fue mi primer amor. 

P.: Por lo que se ve, Zayra tiene tu carácter.

A.D.B.: El corazón de uno lo tiene uno, nadie puede elegir por ti de quién te enamoras. Muchas veces nos equivocamos, pero otras no.

P.: ¿Cómo eres como suegra?

A.D.B.: Todos los amigos de mis hijos les dicen: “Jo, yo quiero una madre como tú de enrollada”, ja, ja. Yo lo que soy es cercana a mis hijos. Yo me defino como una persona disfrutona, me encanta disfrutar de la vida, y eso lo heredé de mi padre. Disfruto de las pequeñas cosas continuamente.

P.: ¿Hay edad para irse de juerga?

A.D.B.: No hay edad, lo que cambian son las formas. Con 18 años te vas de una forma de juerga y con 50 de otra. Ahora mis juergas son irme a comer con mis vecinos, hacer barbacoas, tomar un vinito y antes era salir de siete a siete y bailar encima de los altavoces. Aunque a mí me gustaba más el suelo. Pero disfrutar de la vida no tiene edad.