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Así es Adolfo Suárez Illana, el político que casi fue torero

Aunque no tenía claro su destino y flirteó con la idea de dedicarse a los ruedos, acabó siguiendo la estela de su padre, Adolfo Suárez, y dedicándose a la política

Repasamos la intensa vida de Adolfo Suárez Illana, que tiene 58 años.

Jaime Peñafiel

En esta sección, Peñafiel analiza cada semana a los personajes más fascinantes del mundo del corazón y cuenta historias y anécdotas, muchas de las cuales vivió en primera persona.

Siempre detrás de la figura de su padre, Adolfo Suárez Illana ha vivido, como decía el periodista Rubén Amón, "el dolor y la gloria de ser el número dos" de una breve dinastía, respetada por haber creado el estilo Suárez. Es decir, una manera de hacer política, sobre todo conciliadora, a la que se ha mantenido fiel hasta que, hace unos días, renunció a su cargo de secretario cuarto de la Mesa del Congreso, para dedicarse a su familia y a su actividad profesional.

"Estaré siempre dispuesto a seguir ayudando, desde el lugar en el que me encuentre, a fomentar la concordia entre los españoles", escribió en su carta de despedida, dejando clara su idea de la política.

Gran amante de los toros, Adolfo sabe lo que es pisar un ruedo. Arriba, en el 2007 en la feria de Povedilla, Albacete.

"Fue un principito hasta cumplir los 17 años"

En la vida del hijo de Suárez ha habido etapas muy felices y otras muy desgraciadas. Lo sé bien porque, cuando le conocí, acababa de cumplir 12 años y era el segundo de los cinco hijos de los que se sentían tan orgullosos Adolfo Suárez y su esposa, Amparo Illana, la más discreta de las siete primeras damas de la Moncloa.

Como a esa corta edad, Adolfo Jr. residía en un palacio, pues su padre era presidente del Gobierno, para él era normal vivir como un principito, que lo fue hasta cumplir 17 años, cuando Suárez dejó el cargo.

Durante ese tiempo, Adolfito demostró ser un niño serio y responsable, y era tan disciplinado que empezó a prepararse para ser militar, en lo que fue el inicio de una huida hacia adelante en busca de su lugar en el mundo. Y en aquella deriva en la que se convirtió su vida también decidió ser torero.

Aunque nunca tomó la alternativa, podría haberlo hecho, ya que tenía el carnet profesional, había toreado en los festejos necesarios e incluso llegó a lidiar un novillo en la plaza de toros de Espartinas, indultando al animal que, ¡oh casualidad!, era de la ganadería de quien sería su suegro, Samuel Flores.

Adolfo Suárez y su esposa, Amparo Illana, con sus hijos, Adolfo, Sonsoles, Mariam, Laura y Francisco Javier.

"Probó suerte en política como candidato del PP"

Como era la época en la que los jóvenes que no tenían claro lo que querían hacer acababan estudiando Derecho, Adolfo lo hizo en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Después, entró en el Banco Popular y en el 2002, tras pasar por el despacho de abogados Ontier, probó suerte en política, pero al no lograr sus objetivos como candidato del PP al Gobierno de Castilla-La Mancha, lo dejó.

Y volvió a la abogacía, hasta que Pablo Casado le fichó para las elecciones del 2019, como número dos por Madrid. Y ahí sí que halló, al menos hasta ahora, el que ha sido su lugar.

Adolfo Jr. y su padre, al que sucedió en la política hasta ahora, que la ha dejado.

Su esposa, su mayor apoyo en los momentos más duros

Teniendo en cuenta que Adolfo Suárez Illana es buena persona, religioso y familiar, a nadie le sorprendió que se casara en 1998 con Isabel Flores Santos Suárez, con la que tiene dos hijos, Adolfo y Pablo, y a quien conoció cuando sólo tenía 18 años.

Fue una boda que mereció más de una portada, ya que a ella asistieron don Juan Carlos y doña Sofía, y también Felipe, entonces Príncipe de Asturias, el presidente José María Aznar, varios ministros, el presidente Bono y hasta 700 invitados. Fue casi una boda real.

Isabel ha estado siempre aportando fuerza y apoyo a su marido. En lo bueno y, sobre todo, en lo malo, que de esto ha habido mucho en la familia Suárez, a la que el cáncer ha golpeado sin piedad. De siete miembros, cinco han sufrido la enfermedad y dos murieron. A una de las hermanas de Adolfo, Mariam, le diagnosticaron en 1993 cáncer de mama. Tenía 29 años, estaba embarazada de su segundo hijo y la enfermedad acabó con su vida en el 2004.

También su madre, Amparo Illana, murió en el 2001 por culpa del cáncer. Sonsoles y Laura, las otras dos hermanas de Adolfo, también sufrieron, en el 2012, cáncer de mama, aunque ellas se recuperaron totalmente.

Adolfo y su esposa, Isabel, con quien se casó en julio de 1998.

"Estoy entero, bien y fuerte, confiado y en manos de Dios y de los médicos"

Dos años después, en el 2014, al poco de fallecer a los 81 años su padre, a quien sigue echando de menos, el cáncer volvió a cebarse en la familia. Esta vez en la persona de nuestro protagonista.

Precisamente, el día que cumplía 50 años, el portavoz de la familia anunció que padecía cáncer de garganta en segundo grado, pero, por suerte, detectado a tiempo. Aunque tuvo que ser operado, aseguró tras la intervención: "Estoy entero, bien y fuerte, confiado y en manos de Dios y de los médicos para salir a por ello".