Así fueron los últimos días y los grandes amores de Silvia Tortosa
Carlos Cánovas, su última pareja, la habría dejado por otra mujer meses antes de su fallecimiento
Silvia Tortosa vivió unos últimos meses muy duros.
Carlos Cánovas, su última pareja, asistió al funeral, celebrado el 25 de marzo en el tanatorio de Les Corts de Barcelona. Nadie le explicó a Silvia Tortosa que el cáncer había reaparecido en su vida. Esta enfermedad que la quemaba por dentro se la llevó de este mundo el pasado sábado 23 de marzo, a los 77 años, en un hospital de Barcelona.
Un final tan rápido como inesperado
Al lado de su lecho de muerte estuvieron tres de las personas más incondicionales de su vida: su representante, Tony Aliaga; su mejor amiga, Ana Congost, y Chema Martín, un bailarín amigo suyo desde hacía décadas. Ninguno de ellos se separó de ella en las últimas horas de su vida, un final que fue tan rápido como inesperado.
Tras haber superado un cáncer de mama, el fatal desenlace se produjo por una metástasis y un tumor de hígado, que le descubrieron sólo cinco días antes de morir, cuando se hizo unas pruebas.
Su última pareja la dejó por otra mujer
Silvia Tortosa junto a Rafael Arcos.
Pero Silvia, que fuera reina del destape del posfranquismo, llevaba meses sufriendo otro mal del alma: el del desamor, ya que el año pasado rompió con su última pareja, Carlos Cánovas.
Los rumores apuntan a que él acabó la relación porque se cruzó otra mujer en su camino. A Silvia esa ruptura le rompió el corazón. Dicen los íntimos de la actriz que "ese hombre le hizo mucho daño y no se preocupó de ella después de la separación, incluso sabiendo de su mala salud y su desesperación".
Por eso, cuando el día del funeral, el 25 de marzo, le vieron aparecer por el barcelonés tanatorio de Les Corts, muchos se extrañaron de su presencia, pero no es cierto, como se ha dicho, que le prohibieran la entrada al velatorio de los restos mortales de la artista.
Ana Congost nos explicó que "Silvia se marchó tranquila y en paz. No sabía lo del cáncer, pero en su fuero interno sabía que la vida se le iba. No es cierto que Silvia pidiera que, si se iba de este mundo, no dejarán asistir a Carlos a su entierro, pero aquella ruptura la hizo caer en una depresión, lo pasó muy mal".
Una muerte dulce, sin sufrimiento
La actriz Silvia Tortosa y su perrito Magic.
Por suerte, sigue diciéndonos, "no sufrió en sus últimos días, no tenía dolores. Cuando el martes 19 le hicieron una ecografía y descubrieron el cáncer de hígado, no se le dijo para no preocuparla… ¡Quién iba a decirnos que se moriría el sábado siguiente! Todo fue muy rápido".
Silvia Tortosa con su representante, Tony Aliaga.
Recuerda esa última noche con su amiga como "inolvidable. Se la veía muy tranquila, le decíamos palabras cariñosas y ella, aunque estaba medio sedada, nos sonreía. Fue una muerte dulce, sin sufrimiento, con una serenidad absoluta. Ella fue valiente hasta el final de sus días".
Cánovas no quiso entrar en detalles sobre su ruptura, pero nos aseguró que "nos separamos sin traumas hace meses. Los dos quedamos en no hablar del tema en los medios de comunicación. Su muerte me ha dejado muy tocado. Ha sido un adiós inesperado. Cuando me llamaron para contarme que había muerto me quedé en 'shock'".
Contrariamente a estas palabras, el representante y amigo, casi un hermano, de la actriz, Tony Aliaga, desveló que "para Silvia la ruptura fue un mazazo. Cuando supo que Carlos estaba con ella y con otra mujer le echó de casa. La tercera en discordia es una actriz, Marina Lozano, que, irónicamente, hizo el papel de hija de Silvia en una serie. No fue una separación amistosa".
Sobre este tema, Cánovas ha declarado a la periodista Paloma Barrientos que "Silvia y yo ya no éramos pareja y, por lo tanto, cada uno era libre de comenzar nuevas relaciones. Ella sabía con quién estaba y cuáles eran las circunstancias".
Una jovencisima Silvia Tortosa en "Curro Jiménez"
Sobre la herencia de la actriz, aún no se sabe quién heredará los pisos en Barcelona y su chalet de Madrid que deja Tortosa, a la que enterraron en el cementerio de Montjuïc, junto a sus padres. "En el tanatorio aparecieron unas personas que dijeron ser sus primos, pero, que yo sepa, en el testamento no figuran", nos contó Tony.
Nacida en Barcelona y actriz desde los 15 años, Silvia Tortosa tuvo una larga carrera. Además de teatro, trabajó en series de éxito como "Curro Jiménez", "Farmacia de guardia"o "Hospital Royal Manzanares" y presentó el mítico programa musical "Aplauso". Participó en más de 30 películas, como "La señora", "Asignatura pendiente" y "Pánico en el Transiberiano". También probó suerte como cantante, guionista, directora y escribió una autobiografía.
Los hombres de su vida
Silvia, el día de su boda con Hermann Bonnín.
La actriz tenía 19 años cuando se casó con el actor y director de teatro Hermann Bonnín, su profesor en el Institut del Teatre y 13 años mayor que ella. Fue un error y, al año y medio, pidieron la nulidad eclesiástica. "Confundimos amistad con amor", dijo la actriz sobre ese primer matrimonio.
Silvia Tortosa junto a Rafael Arcos.
Después llegó a su vida Rafael Arcos, actor de teatro y doblaje cuyo alcoholismo hizo imposible la relación y, aunque estaba enamorada, Silvia rompió con él.
Silvia Tortosa junto a a Charles Davis.
José Umbral, un malagueño que ganó el Festival de Eurovisión y del que algunos decían que era policía secreta, fue su siguiente pareja. En 1985, conoció al ingeniero aeronáutico norteamericano Charles Davis, que se convirtió en su segundo marido, pero murió al poco de casarse por un edema pulmonar.
La actriz, junto a David Harper.
El tercer hombre que la llevaría al altar fue un amigo del finado, el británico Dave Harper. Se casaron en 1987 y se separaron en el 2003. Cinco años después conoció, por un amigo común, al productor Carlos Cánovas, 23 años más joven y que fue su último amor y… desamor.