Bárbara Rey se desnuda y da detalles de su vida íntima
La artista de Totana desvela en su docuserie de Antena 3 los secretos menos conocidos de su apasionante vida
Sin duda, la suya ha sido 'Una vida Bárbara'. Con ese título, la exvedette, de 73 años, nos ha contando la suya, sin censura y con emoción, en Antena 3. Pero, la que habla no es Bárbara Rey, la artista, sino María Margarita García, una mujer sensible y sometida a abusos desde la infancia que fue el objeto de deseo de muchos hombres mientras que ella sentía que, para ellos, no era más que "la otra". Por eso, cuando apareció uno en su vida que le propuso matrimonio, aceptó sin saber lo mucho que se estaba equivocando.
Maltratos, abusos y acoso
El pasado miércoles 12 de abril 'Una vida Bárbara' arrancó en Antena 3 con una Bárbara asegurando que su vida nunca fue anodina: "El escándalo me busca a mí desde que nací", decía, hablando de una infancia llena de maltratos, con una madre que no quiso que naciera: "Hizo un montón de cosas para no tenerme, como coger mucho peso, bajar las escaleras sentada o meter los pies en agua hirviendo", cuenta.
Salvadora estuvo dos años ingresada en un psiquiátrico y su enfermedad derivó en graves abusos: "Conmigo y con mi hermana hubo maltrato físico y psicológico", cuenta, emocionándose al confesar: "Me acuerdo menos de los malos tratos míos que de los de mi hermana. No podía ver cómo pegaba a mi hermana con cuatro años. Se la quitaba de las manos", explica llorando.
El apoyo de Bárbara fue su padre: "Es el amor de mi vida, el hombre que más me ha respetado, valorado y apoyado. Me ha querido de verdad con todo su corazón y su alma".
Andrés García la acompañó a Madrid cuando cumplió los 18. En la capital, la belleza y largas piernas de Bárbara no pasaron desapercibidas, pero nada fue fácil y abandonó su primera película por acoso. "Fue una persona muy importante del mundo del espectáculo, nunca me creerían, por eso me reservo el nombre", ha dicho tras confesar que este hombre organizaba cenas, bailes y le metía mano "y me hacía cosas muy desagradables".
El acoso se repitió en televisión por alguien al que Bárbara sí acusa: Enrique Martí Maqueda, realizador del programa 'Palmarés', que la agredió en la sala de control, donde le metió mano y le hizo daño en un pecho. "Le di una bofetada y me fui del control. Y me tuvo tres o cuatro semanas castigada sin trabajar", relata en la docuserie.
De hecho, él mismo cuenta en el documental, sin pudor: "Me hubiera ido a la cama con ella encantado. Si dijera otra cosa, mentiría. Pero no surgió, ni yo me insinué más allá de lo normal. Yo di el mantazo y el bicho no entró", asegura.
Primer encuentro con el rey Juan Carlos
Bárbara vivió un romance sonado con el actor francés Alain Delon y sufrió mucho con el jugador del Barcelona Carles Rexach. Salieron varios meses hasta que los fotógrafos los pillaron y él le pidió dejar de verse un tiempo. Al poco, vio que anunciaba que se casaba con su novia. No sabía que, poco después, llegaría una nueva e inesperada ilusión a su vida.
Tal y como Bárbara desvela, Juan Carlos I la llamó a su casa. Ella pensó que era una broma, lo mandó a la mierda y le llamó gilipollas hasta que se dio cuenta de que era verdad. "Me dijo que me quería conocer y un día me mandaron un coche. Yo iba detrás y ni respiré, no me asfixié de milagro".
Lo conoció en su despacho: "El corazón no se me salió del pecho de milagro. Fue una impresión tremenda verle. No sabía si hacerle una reverencia, si quedarme de pie, agacharme… y él, como tenía esa cosa campechana que usaba cuando le venía bien, hizo la cosa más fluida. Al marcharme me abrazó y me besó y me dijo que teníamos que vernos. Luego me llamó, insistiendo, y así comenzó la historia. Estuvimos viéndonos en la casa de campo de Franco", cuenta.
Pero la rumorología sobre su relación con el Emérito y su apoyo a la UCD de Adolfo Suárez le valieron vetos laborales. "Dejaron de llamarme para hacer cine y tele", recuerda. Se fue a Barcelona, conoció a Chelo García Cortes y surgió una amistad que acabaría en algo más escandaloso.
Una orgía con cinco personas
"Yo no había tenido ninguna relación con una mujer y estaba muy enamorada de Parada. Y era Nochevieja. En ese apartamento estaba Parada, un actor argentino, un actor catalán, María y yo", explica Chelo en la docuserie. "No sé cómo se lio la cosa, pero terminamos los cinco enrollados", dice Bárbara, recalcando: "Chelo y yo nos salimos del grupo, porque ellos nos prestaban mucha atención". La popular periodista confirma orgullosa y con mucha gracia: "Fui coetánea con el Rey".
Pero la historia de Bárbara con el monarca acabaría poco después, por desilusión. La familia de la artista pasaba por malos momentos económicos de los que él estaba al tanto, "pero nunca movió un dedo". Bárbara le propuso que le comprara una sortija de 12 millones de pesetas y él le dio 4, jactándose del negocio que había hecho. "Me sentí muy decepcionada con él y empecé a distanciarme".
Y comenta, dolida y llorando: "He necesitado tanto cariño que he permitido que me escondieran. Me han escondido siempre". Por eso, cuando Ángel Cristo apareció en su vida, la sedujo y le propuso matrimonio no se negó, sin saber que esa historia sería tan apasionada como destructiva. Así lo contó en el tercer capítulo, donde narró cómo la relación se transformó en un infierno de malos tratos y vejaciones fruto de las adicciones y los celos de Ángel.
Tras su separación, le hizo la vida imposible y le quitó a los niños hasta que ella denunció y se enfrentó a un juicio tortuoso con el que, en 1989, consiguió el divorcio y a sus hijos.