Belén Esteban ni olvida ni perdona. Al menos en lo concerniente a Toño Sanchís. El que fuera su representante durante años se quedó una buena suma del dinero que la televisiva ganó con el sudor de su frente y que, como dictaminó un juez, no le pertenecía. Sin todavía satisfacer la deuda que contrajo con ella, la de Paracuellos del Jarama no puede ni verlo, ya no solo por lo que le debe, sino porque confiaba en su amigo.