Blas Cantó: "En Eurovisión estaba destrozado por dentro"

No habíamos sabido nada de Blas Cantó desde aquel 22 de mayo en el que representó a España en el Festival de Eurovisión 2021, celebrado en Róterdam, con "Voy a quedarme", una canción que estaba dedicada a su abuela fallecida por COVID-19.

Las puntuaciones no hicieron justicia a su actuación y quedamos en la posición 24, pero eso no le ha importado a Blas, que está más que orgulloso de su paso por un certamen con el que había soñado toda la vida. Y eso que llegar hasta él no fue nada fácil. Vivió la cancelación de Eurovisión 2020, perdió a su padre y a su abuela, y sufrió en su piel durante dos años opiniones de todo tipo sobre sus canciones.

Ahora, sin embargo, el artista ha vuelto a renacer, a sonreír y a tener ganas de seguir haciendo vibrar con su música, y lo hace con "Americana", un "single" alegre y muy bailable que acaba de lanzar con Echosmith. Hablamos con Blas Cantó, mucho más recuperado tras confesarnos hace poco más de dos meses que "Nadie sabe por lo que estoy pasando ni el esfuerzo que hago incluso para seguir vivo". 

"Trasladar mis sentimientos al escenario fue muy duro"

PRONTO: No nos habíamos reencontrado hasta ahora, dos meses después de actuar en Róterdam. ¿Cómo viviste Eurovisión?

BLAS CANTÓ: Muy bien, pero fue mucha presión, yo sentía que no tenía que fallar y que mi estado emocional me podía hacer fallar. Tuve que hacer un trabajo de control de mis emociones que yo no había hecho jamás, en mi vida. En Eurovisión estaba destrozado por dentro.

P.: Pero te habías preparado a nivel psicológico con un profesional para asumir toda esa carga.

B.C.: Sí, pero aun así sigue siendo difícil, porque era cantar y contar una historia sobre lo que me había pasado. Era trasladar mi vida y mis sentimientos al escenario de un modo muy real. Ése era el reto y me siento orgulloso de haberlo conseguido.

“El cariño que ahora me tiene la gente es para toda la vida”

P.: Lo hiciste muy bien, con una voz impecable y preciosa.

B.C.: Muchas gracias. Yo me quedo muy satisfecho por la respuesta de la gente y del cariño recibido. Es verdad que cuando no ganas Eurovisión la gente en la calle tiene un sentimiento de pesadumbre, mi vecino me dijo “lo siento por el puesto”. Pero Eurovisión no es el puesto, ¡yo ni me enteré casi! Una vez actué, me bebí un par de vinos y me puse a bailar sevillanas mientras los otros cantaban. Eurovisión te da muchas oportunidades a nivel nacional e internacional, tiene un poder y un altavoz grande. Además, siento que el cariño que ahora me tiene la gente es para toda la vida.

P.: ¿Y has aprendido a ser menos autoexigente contigo mismo?

B.C.: Sí, ahora me siento más libre para fallar y para pasármelo bien. Y decir lo que pienso sin pensar en las consecuencias. Quiero que cuando muera piensen de mí que viví como quise y fui buena persona.

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