Se cumple un año del fallecimento de Chiquito de la Calzada y sus familiares siguen en pie de guerra. La decisión del recordado humorista de dejar como heredera universal a su sobrina Loli Arjona fue un mazazo para su hermano Tomás y el hijo de éste, que esperaban aparecer en el testamento.
Desde entonces, las dos partes no se hablan y las cosas se están complicando tras salir a la luz que la medalla de Andalucía que le concedieron a Chiquito de la Calzada a título póstumo, y que él quería que estuviese en la cofradía del Jesús Cautivo de Málaga, está en manos de Tomás, quien la pidió prestada y no la ha devuelto. Indignada, Loli se lamenta: «Yo no hablo con él, pero está claro que no respeta la memoria de su hermano».