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El Cordobés reconoce, por fin, a su hijo, Manuel Díaz

Manuel Benítez y Manuel Díaz ya han realizado su primera aparición pública juntos

Manuel Díaz ha cumplido la ilusión de su vida, encontrarse con su padre.

Anna Lasheras

Desde que tuvo uso de razón, Manuel Díaz supo que Manuel Benítez era su padre y siempre deseó abrazarlo. Cinco décadas ha tenido que esperar para ver cumplido su sueño más ansiado, pero lo ha conseguido. El pasado 14 de febrero, el diestro madrileño compartió en Instagram una imagen en la que aparecía con su progenitor. “La foto de mi vida”, aseguraba exultante de felicidad.

“Vamos a navegar en el mismo barco”

La confirmación del reconocimiento oficial de Manuel Benítez llegaba pocas horas después cuando padre e hijo coincidieron en el acto de homenaje al de Palma del Río que tuvo lugar en Córdoba. “No tengo palabras, estoy muy contento con todo. Todo viene en su momento, gracias a Dios, estamos aquí y vamos a navegar en el mismo barco”, declaró el Cordobés padre.

Aunque en el 2016 la justicia había sentenciado que el madrileño era su hijo biológico, Benítez nunca se había referido a él como tal. En cambio, en su primera aparición pública juntos se deshizo en palabras de elogio para él y le dedicó numerosas muestras de afecto.

Manuel Díaz El Cordobes en el museo de su padre en Palma del Río (Córdoba), en 2018.

Dos días después de las maravillosas fotos del reencuentro que emocionó a todos, Manuel Díaz reaparecía ante los medios para presentar una cita taurina muy especial: una corrida benéfica y confesó estar todavía como en una nube.

PRONTO: No podemos dejar de hablar de la imagen que nos emocionó: ese abrazo con tu padre que todos hemos celebrado porque tenía que llegar. ¿Cómo estás interiormente?

MANUEL DÍAZ: Te digo una cosa: no estoy todavía en el suelo, sigo volando. Pero sí te puedo decir que tengo que agradecer a la gente que se ha sentido tan contenta por ello. Que todo el mundo se sienta feliz por mí, por lo que me ha pasado, yo con eso ya estoy más que pagado en la vida. Y, egoístamente, diría que él está muy feliz también. Además, creo, de corazón, que nos lo merecíamos. Y a lo mejor resulta que por magia de la vida yo no he encontrado a un padre; que Manuel ha encontrado a un hijo.

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