Daniel Sancho: se cumple la peor de las expectativas
Silvia Bronchalo visita cada día al joven, mientras Rodolfo Sancho y su pareja, la actriz Xènia Tostado, intentan proteger a su hija, de 8 años
El joven Rodolfo Sancho, con policías durante la investigación.
La peor de las expectativas se cumplió: la policía tailandesa cree que Daniel Sancho merece la pena capital por haber matado con premeditación y desmembrado al colombiano Edwin Arieta el 2 de agosto en la isla tailandesa de Koh Phanghan.
La conclusión de la investigación, expuesta durante la rueda de prensa que dio el número 2 de la policía, Surachate Kakpark, significó un durísimo golpe a la débil línea de esperanza que mantenía la familia de Daniel Sancho, destrozados por la petición que la policía trasladará a la fiscalía.
"Un punto y final", dijo Rodolfo Sancho. Por su parte, su ex, Silvia Bronchalo, también lo sabía cuando, el jueves 17 de agosto, pudo visitar por primera vez en la cárcel de Koh Samui a su hijo, en prisión desde el día 7.
Proteger a Jimena, su hermana, de 8 años
Rodolfo Sancho está destrozado por todo lo que ha sucedido.
Aunque todavía no ha viajado a Tailandia para visitar a Daniel, el intérprete ha contratado a un conocido abogado para defender a su hijo, Marcos García Montes.
La pareja del actor y madre de su hija pequeña (Jimena, de 8 años), Xènia Tostado hizo público un comunicado afirmando que su hija "vive totalmente al margen de lo que está pasando y así será mientras podamos y nos lo permitan. Estoy al lado de mi pareja en este profundo dolor que atraviesa como padre, nadie se hace una idea. Sólo puedo decir que, desde la fortaleza que somos los dos, vamos a proteger a nuestra hija por encima de todo, ella es nuestra prioridad".
Silvia Bronchalo visita a su hijo cada día
Daniel de niño con su madre, Silvia Bronchalo.
Bronchalo, saliendo de la cárcel el pasado 17 de agosto, tras haber visto a su hijo.
Protegida por unas gafas oscuras y visiblemente aturdida, la madre del cocinero no hizo declaraciones la primera vez que acudió a visitar al joven, el pasado 17 de agosto.
Acompañada por una intérprete y un abogado, pudo hablar a través de un cristal con Daniel durante hora y media, un tiempo mucho más largo de los 20 minutos que se suelen conceder a los familiares en esos encuentros.
Daniel colaboró activamente con la Policía
Tras confesar haber sido el autor del crimen, Daniel no dudó en colaborar con la policía en la reconstrucción del suceso.
Los investigadores, a las puertas de la habitación del resort.
Pero, según algunos expertos, a Daniel le podría convenir que su caso no caiga en el olvido. Por el momento, eso no parece que vaya a pasar viendo la cantidad de nuevos detalles que aparecen cada día.
La pelea, según otra información desvelada, se produjo cuando Daniel le comunicó al colombiano que tenían que finalizar su relación porque quería casarse el año que viene, en Indonesia, con otra persona, cuya identidad no ha trascendido. Sí se ha sabido que Arrieta, poco después de empezar su relación con el nieto de Sancho Gracia, puso a su nombre una tarjeta con un límite de 25.000 euros mensuales y que quería establecerse como estético en España.
Dibujos de la policía con los cortes que se le hicieron al cadáver para descuartizarlo.
La tesis promovida por el despacho Balfagó y Chippirás, portavoces de la familia del presunto homicida, de que Sancho pudo haber contado con la ayuda de alguien porque tres horas son pocas para desmembrar un cuerpo, ha quedado descartada: en las imágenes de las cámaras siempre aparecía solo y en la habitación del hotel sólo había ADN del español y de la víctima.
Dinero, un segundo cuchillo y euforia
Mientras en Tailandia se siguen investigando los pormenores de su atroz asesinato, la familia de Edwin Arrieta espera en Lorica (Colombia) la llegada de sus restos mortales.
Se ha sabido que en la caja fuerte de la habitación reservada por Daniel se hallaron 9.000 dólares. También, que el joven nunca llegó a ir, como se dijo al principio, a la fiesta de la luna llena y que un vecino del resort declaró que el joven estaba "eufórico" en la piscina al día siguiente del crimen.
Asimismo, hay evidencias de la compra de un segundo cuchillo de carnicero, igual al que ya había adquirido junto con una sierra.
A la espera de enfrentarse a una de las legislaciones más severas del mundo por un acto tan macabro como terrible, a Sancho sólo le queda una esperanza en su negro futuro: que su rota familia no le deje solo.