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Daniel Sancho: la durísima vida que le espera

El hijo del actor está en una prisión tailandesa acusado de asesinato

La familia de Daniel ha contratado a un famoso abogado para su defensa.

Ivonne García

Rodolfo Sancho y Cristina Bronchalo están completamente destrozados. Viven la más terrible pesadilla. Su hijo Daniel, de 29 años, podría recibir el peor de los castigos que la justicia tailandesa contempla para los casos de asesinato: la pena de muerte.

La única esperanza que albergan es que, en el caso del joven, actúe como atenuante que, desde casi el principio, admitió ante la policía y el juez haber matado y descuartizado al médico colombiano Edwin Arrieta, de 44 años, el pasado 2 de agosto en la turística isla de Koh Phangan.

También juega a su favor que Daniel colaboró activamente con los agentes en la investigación de este suceso que ha conmocionado a la sociedad española por su truculencia y por la fama del padre y el abuelo, Sancho Gracia, el popular protagonista de ‘Curro Jiménez’, del presunto victimario.

“Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Era una jaula de cristal, pero una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia y me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, dijo el joven.

Rodolfo Sancho aún no ha viajado a Tailandia para visitar a su hijo.

Una relación en la que el chef se sentía asfixiado

Incluso aunque no llegase a haber una sentencia de pena capital o ésta fuera conmutada, el futuro que le espera a Daniel Sancho es muy negro. Viendo cómo apunta el proceso, lo más seguro es que se pase bastantes años (puede caerle perpetua o una durísima condena) como recluso de las cárceles tailandesas que, sin serlas más peligrosas del mundo, tampoco son precisamente un resort.

El doctor Edwin Arrieta.

Según ha trascendido, Arrieta y Sancho mantenían una relación de tipo sexual desde que, hace un año, se conocieron por Instagram. Desde entonces, se comunicaban a menudo y habían viajado juntos en varias ocasiones. El cirujano, que tenía una clínica de estética en Colombia, había amenazado a Daniel con revelar fotos comprometedoras y destruir a su familia si rompía una relación en la que el chef se sentía ya asfixiado.

Pelo rapado y medicamentos contra la ansiedad

Daniel Sancho, antes de entrar en la cárcel.

Desde el lunes 7 de agosto Daniel se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de la isla Koh Samui, cercana al lugar donde sucedió el asesinato. Daniel pudo ver el primer día a Khun Anan, el abogado que su familia había contratado para defenderle y que tiene experiencia en este tipo de casos. "Está bien. Sabe lo que ha hecho y quiere planear cómo vivir ahí dentro", explicó el letrado, tras la primera entrevista con su cliente. Pero la tranquilidad no le duró mucho porque, al día siguiente, Sancho pedía medicamentos para mitigar la ansiedad.

Según 'El programa de Ana Rosa', le han cortado la melena, viste el uniforme del centro y duerme en el suelo, con sólo una manta y al lado de otros cinco reclusos.

Un caso precedente positivo

Khun Anan, un experto abogad tailandés, informó a su cliente sobre cómo será el largo proceso judicial que le espera.

Existe un precedente clave en este caso que jugaría a su favor si se produce la peor sentencia: el del egarense Artur Segarra, que fue condenado a pena de muerte en Tailandia por el secuestro, robo y asesinato premeditado de otro catalán, David Bernat.

Segarra se zafó de la muerte gracias a una tradición del país por la que el monarca, con motivo de su cumpleaños, puede perdonar o reducir condenas. Así, vio conmutada su pena por cadena perpetua en el 2020. Sus abogados creen que, con suerte, en unos ocho años podrán trasladarlo a España para cumplir aquí la condena.

Otro que le va a poder dar a Daniel Sancho información sobre el futuro que le espera es Carlos Alcañiz, un español recluido por asesinato desde hace tres años en la misma prisión.

Contará con la ayuda de la Embajada Española

En contra de Sancho hay muchas evidencias: su propia confesión, las grabaciones de las cámaras con el médico y transportando bolsas sospechosas, el tíquet de compra de los cuchillos, la adquisición del kayak y, sobre todo, los restos de sangre encontrados en el suelo de la habitación y en las cañerías del baño.

En su descargo, contarán los mensajes del cirujano hallados en el móvil del cocinero y youtuber, amenazándole de muerte si terminaba la relación. También, que, cuando la policía le llevó a la habitación para reconstruir el crimen, Sancho se derrumbó y estuvo un buen rato llorando antes de recobrar la compostura.

También habrá que ver si se queda en la prisión de Koh Sumui o lo trasladan a alguna de la capital, Bangkok, donde las condiciones de vida son peores, pero contará con la ayuda de la Embajada española.

Habla la familia del doctor Edwin Arrieta

Darling Arrieta defendió la memoria de su hermano Edwin y se opuso a que Sancho pudiera ser extraditado a España.

Las víctimas colaterales de este atroz crimen son las familias de los protagonistas. Rodolfo Sancho le envió un mensaje a Darling Arrieta, hermana del asesinado: "Lamento mucho lo sucedido. Pienso que tuvo que haber tenido un trastorno. Disculpa, somos dos familias destruidas. Lo siento". La mujer, que agradeció las palabras del actor, había dicho días atrás: "No sólo desmembró a mi hermano, también a mi familia".

Una macabra cronología

Daniel Sancho llegó a Tailandia el domingo 31 de julio y, un día más tarde, viajaba a Koh Panghan para asistir a la fiesta en honor a la luna llena que reúne en esta turística isla a miles de jóvenes.

Daniel Sancho llevando en moto a Edwin Arrieta a su llegada a la isla.

Al día siguiente, martes, las cámaras lo captaron comprando una sierra, cuchillos, guantes de goma, detergente y bolsas grandes de basura. El miércoles 2 de agosto, Edwin Arrieta, que según la familia llevaba 80.000 dólares en efectivo para comprar una máquina de cirugía facial, llegó a la isla y Sancho lo recogió a las tres de la tarde.

Cargaron su bolsa en una scooter y se fueron al Haal Salad Villa, hotel donde el colombiano tenía una reserva para tres días. Cenaron, fueron a la playa y ya en la habitación, según Daniel, el médico quiso tener sexo. Siempre según su testimonio, él se negó y, fuera de sí, lo empujó. Al caerse, Arrieta se mató al golpearse la cabeza contra el lavabo.

Imagen de las cámaras del supermercado donde Sancho compró cuchillos, detergente y bolsas de basura. Sobre estas líneas,

Durante las tres horas siguientes, según su declaración, Daniel troceó el cuerpo y lo metió en las bolsas. Algunas las tiró en el vertedero de la isla; el resto lo arrojó al mar, de noche y a 600 metros de la costa, desde el kayak que compró por 1.000 dólares porque no se lo querían alquilar.

El kayak usado por Sancho.

Bolsas y ropa de la víctima.

Ya sin el médico, imagen de Daniel circulando con su moto, cargada con una gran bolsa, en la que, presuntamente, habría partes del cadáver.

Interrogatorios y confesión

La policía, con los restos hallados en el vertedero.

El jueves 3 de agosto, las noticias informaron del hallazgo en la isla de una pelvis e intestinos humanos. Sancho, al que un día antes la hermana de Edwin había contactado preocupada porque no sabía nada del médico, se fue esa noche de fiesta con dos chicas. Después, fue a la policía para denunciar la desaparición de su amigo, pero los agentes no le creyeron. El 5 de agosto acabó confesando el crimen.