Daniel Sancho: así es su vida tras más de 1 mes en la peligrosa cárcel
En sus primeras cuatro semanas en la cárcel de Surat Thani, el cocinero ha dedicado gran parte de su tiempo a leer y a escribir
Tras conocer que había sido condenado a cadena perpetua, Daniel Sancho fue trasladado un día después desde el centro penitenciario tailandés de Koh Samui, en el que había permanecido hasta entonces, hasta la cárcel de Surat Thani, al sur del país, mucho más masificada y también más peligrosa.
Dado que lo marcaba el protocolo anti-Covid, el hijo de Rodolfo Sancho tuvo que pasar seis días de cuarentena al llegar. Posteriormente, fue trasladado al módulo 6 de la zona de alta seguridad, un cambio que le permitió realizar videollamadas y recibir visitas. Fue entonces cuando pudo verlo su madre, Silvia Bronchalo, quien ha sido una de las personas que han revelado cómo vive el joven, de 31 años, en el centro
Le resulta difícil dormir en el suelo y rodeado de tanta gente
Silvia Bronchalo
Como ya avanzamos, la progenitora del cocinero explicó a la agencia Efe que pudo visitar a su hijo en varias ocasiones porque le permitieron comprimir los encuentros a los que tenía derecho, puesto que los familiares sólo pueden acceder a los prisioneros una vez por semana. Ella fue quien contó que Daniel se encontraba en un módulo de adaptación con 14 personas más. Al cierre de nuestra edición, el joven todavía permanecía en él, según aseguró la abogada Carmen Balfagón a El Español.
Su abuela paterna le ha hecho llegar decenas de libros
A pesar de ello, las condiciones de su día a día son iguales a las del resto de los 5.000 reclusos. Daniel Sancho duerme en el suelo, del que le separa una delgadísima sábana. Con el objetivo de que le sea más fácil conciliar el sueño, ha solicitado una esterilla y unos tapones para los oídos.
Para comer, puede adquirir alimentos en el economato o bien pedir comida cocinada (básicamente arroz) por las prisioneras. "En Surat Thani la mayor parte del tiempo se pasa conversando, leyendo o en el área improvisada de gimnasio, que es muy limitada", contó, tiempo atrás, uno de los prisioneros, unas declaraciones que recogieron recientemente en el programa "Código 10" de Cuatro. Precisamente, leer es una de las actividades a las que destina más tiempo el hijo de Rodolfo Sancho.
Dado que no habla tailandés, Daniel Sancho ha pedido un intérprete y también libros en inglés que le ayuden a aprender el idioma. En este primer mes de internamiento en Surat Thani, Sancho también ha podido leer decenas de novelas que le ha enviado su abuela paterna, Noela Aguirre, tanto en español como en inglés.
Además de escribir y leer novelas, el cocinero ha pedido guantes de Muay Thai para ejercitarse.
Además, el joven tiene tiempo de sobras para escribir un libro en el que narra su propia historia, una tarea que ya empezó en Koh Samui. Asiduo practicante de Muay Thai, deporte conocido también como boxeo tailandés, Daniel Sancho desea seguir poniéndose en forma con él durante su cautiverio, por lo que ha solicitado al consulado de España seis pares de guantes, además de los habituales protectores bucales, de pecho y de espinillas.