La vida de mi querida y admirada Farah Diba, viuda del último sha de Persia, tiene todos los ingredientes para ser un exitazo de taquilla. "Mis padres eran profundamente monárquicos y vi por primera vez a Reza el 12 de diciembre de 1946, cuando me subí al tejado de un garaje para verle pasar por nuestra calle. Fue una visión deslumbrante para la niña de ocho años que era yo", contaba en su biografía, que me dedicó en el 2003 con el cariñoso texto: "Para Jaime Peñafiel, que estas memorias sean un viaje a mi vida que tú y Carmen (mi mujer) conocéis y apreciáis".