La reina del pop eligió un hotel de lujo de Marrakech, propiedad de la hermana del magnate Richard Branson, para celebrar su entrada en la sexta década de su vida. Los 40 invitados a la selecta fiesta, entre ellos el modelo y actor español Jon Kortajarena, tenían prohibidos los teléfonos móviles y asistieron a la celebración, al igual que su anfitriona, vestidos con ropas de estilo beduino. La juerga se alargó hasta las 4 de la madrugada y, como curiosidad, no sonó ninguno de los grandes éxitos de la cantante por expresa prohibición suya.
Madonna, que llegó a la ciudad marroquí sin su última conquista, el modelo portugués Kevin Sampaio, sí que estuvo acompañada por sus seis hijos, Lourdes, Rocco, David, Mercy y las gemelas Estella y Esther.