Hablamos en exclusiva con Mayte Zaldívar: "La situación de Julián es muy delicada"
El exalcalde de Marbella descansa en casa de su hija apoyado por su familia. pero su grave estado de salud es irreversible
Maite Zaldívar ha hablado en exclusiva con tu Revista Pronto.
Las hijas y la exmujer de Julián Muñoz decidieron pedir el alta voluntaria del expolítico tras pasar 25 días en un hospital de Marbella. Eloísa, Elia y su madre, Mayte Zaldívar, son ahora mismo los máximos apoyos de un hombre a cuyos problemas coronarios se une una insuficiencia respiratoria que ha agravado su estado de salud y un "cáncer galopante", tal y como él mismo ha confesado.
"La situación es muy delicada"
Mayte habla en exclusiva con tu Revista Pronto y asegura que "en estos momentos, Julián no está para contestar al teléfono. Agradecemos vuestros mensajes de cariño, pero debéis entender que él no puede responder. Está tranquilo y pensamos que era mejor traerlo a casa. La situación no es buena, eso es evidente, padece una enfermedad irreversible, y lo que queremos es que viva el mayor tiempo posible. No queremos que sufra".
Mayte, que mantiene una relación sentimental con el hostelero Fernando Marcos desde el 2004, está entregada en cuerpo y alma al cuidado de su exmarido, actitud que la honra. Ha olvidado los desencuentros del pasado, cuando Julián rompió su matrimonio por Isabel Pantoja, con quien acabó muy mal, y demuestra que, con sus hijas, sólo desea hacerle la vida lo más cómoda posible al exalcalde.
Eloísa, la hija de Mayte a la que Julián crió como propia, nos dice que "dentro de la gravedad, mi padre está un poquito mejor", pero su voz denota preocupación y su hermana, Elia, añade: "La situación es muy delicada".
"Lo pueden cuidar en casa porque está a base de calmantes"
Los rumores apuntan a que Julián podría tener también en su vida a una mujer más joven que él llamada Isabel, con la que se le habría visto últimamente, pero nadie conoce su paradero y hay quien supone que, de ser cierto, estaría a su lado.
Eloisa Muñoz, hija de Julián Muñoz
La periodista Paloma García Pelayo, que mantiene una relación cordial con él, nos cuenta que "se encuentra en casa porque está mejor allí. Sufre una enfermedad crónica y degenerativa. Lo pueden cuidar en casa porque no tiene ningún tratamiento y está a base de calmantes. Ayer hablé con Mayte, le mandé un abrazo para Julián y escuché su voz de fondo dándome las gracias. Lo oí perfectamente, no con un hilo de voz como han dicho".
Hasta que empeoró su salud, Muñoz hacía labores de voluntariado en una iglesia marbellí donde cuidaba el jardín y ponía en orden el archivo, según nos contó el año pasado. Añade Paloma que "eso era imprescindible para obtener la condicional".
No es la primera vez que su salud tiene a sus familiares en vilo. Durante su estancia en prisión sufrió un ictus que le dejó muchas secuelas. "Peleé por mi libertad porque estaba enfermo. No me quería morir en la cárcel. Me quedé en 64 kilos y sordo, me volví diabético, tuve problemas cardíacos...", desveló Julián Muñoz hace tiempo.
En abril del 2021, ingresó de urgencia en Málaga con fuertes dolores por una inflamación de la vesícula biliar. Meses más tarde, consiguió la libertad provisional por sufrir una pluripatología grave e incurable, a la que se sumó una afección oftalmológica también irreversible, según decía el auto de la Audiencia Nacional.
Ni rastro de Isabel Pantoja
La que ni tan siquiera se ha interesado por su situación es la mujer por la que rompió su matrimonio en el 2003, Isabel Pantoja, una relación que se fue al traste cuando Muñoz estaba encarcelado. Tiempo después, él mismo manifestó sus remordimientos por el daño que le hizo a Mayte al engañarla con ella.
"Entonces, era el rey del mambo, hoy me arrepiento de ello. Me produce vergüenza y dolor. El culpable de todo era yo, y Mayte no tenía nada que ver ni ninguna culpa, e Isabel Pantoja estaba en el juego conmigo", confesó. Hoy queda demostrado cuál de las dos olvida viejos rencores y se preocupa por el hombre que en un día la hizo feliz. De la Pantoja, ni rastro, pero a nadie le extraña su actitud.