Hablamos con Paco Lobatón: así está ahora el mítico presentador

España entera estaba pendiente del televisor las noches en las que, en la década de los 90, emitían el programa 'Quién sabe dónde'. A lo largo de seis años, gracias a este espacio de Televisión Española presentado por Paco Lobatón se resolvieron el 70% de los 1.500 casos de desaparecidos que se trataron y, a día de hoy, la labor del periodista en esta causa continúa.

Paco Lobatón, orgulloso abuelo de 4 nietos

Nacido en Jerez de la Frontera en 1951, Franciso de Assís Lobatón Medina, más conocido como Paco Lobatón, tuvo un flechazo con el mundo de la comunicación cuando, siendo delegado de su instituto, acudió a Radio Jerez para promocionar una campaña que recogía fondos para las personas mayores.

Casado en dos ocasiones, es padre de tres hijos, Triana y Ausias, fruto de su primer matrimonio, y Berenice, a la que tuvo con la también periodista Mari Pau Domínguez, su esposa entre 1992 y el 2012.

Sus dos hijos mayores viven en el extranjero y le han hecho abuelo de cuatro nietos a los que adora, mientras que la benjamina reside en España donde, a sus 20 años, se está abriendo paso en el mundo de la comunicación.

"Creo que España es un país muy solidario"

PRONTO: 'Quién sabe dónde' te dio mayor popularidad y batió récords de audiencia. ¿Cuál era la clave del éxito?

PACO LOBATÓN: La colaboración ciudadana. Hubo una empatía por parte de la audiencia, que actuó como una ciudadanía activa, no como algo pasivo. Obtuvimos una respuesta solidaria e inmediata. A ello se unió un gran equipo multidisciplinar.

P.: ¿Qué caso te marcó más?

P. L.: He de decirte que no hubo ninguno que me resultara indiferente. Todos fueron vividos como desafíos a los que pusimos mucho empeño por resolver. Creo que España es un país muy solidario. Hubo un caso, el de Anabel Segura, secuestrada en 1993, que me impactó mucho. Su familia era entrañable y, para mí, fue una experiencia impresionante y muy dolorosa, porque siempre trabajé con la esperanza de recuperarla con vida.

"Con la fundación hemos logrado cosas muy importantes"

P.: Otro caso que tuvo y sigue teniendo una gran repercusión mediática es el de las niñas de Alcàsser.

P. L.: De ese caso todos aprendimos mucho. La implicación del equipo del programa fue absoluta.

P.: ¿Cómo ha evolucionado la metodología y la búsqueda de personas desaparecidas en las últimas dos décadas?

P. L.: Afortunadamente, ha mejorado mucho. Asociaciones de familiares como Inter-SOS, que tenían que luchar contra la indiferencia, la falta de recursos y de una cultura de investigación y de búsqueda, hicieron un esfuerzo titánico. Esta asociación consiguió, en el 2010, que el Congreso de los Diputados declarase el 9 de marzo Día de las Personas Desaparecidas. En el 2013, el Senado creó una Comisión Especial para abarcar las desapariciones y, en el 2015, nació la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSD Global, que tomó el relevo del trabajo anterior y del informe del Senado.

P.: Háblame de esta fundación, que tú mismo promoviste.

P. L.: Hemos logrado cosas muy importantes. A partir del 2017, hay informes anuales sobre desapariciones y, en el 2018, se creó el Centro Nacional de Desaparecidos. Poco después se actualizaron los protocolos de búsqueda para las fuerzas y cuerpos de seguridad. En marzo del 2022, el Gobierno aprobó el primer plan estratégico en materia de personas desaparecidas, algo impensable hace 30 años.

"Hemos creado una 'app' para poner en contacto a las familias de desaparecidos"

P.: Poco a poco se consiguen logros.

P. L.: Exacto. Ahora estamos a punto de dar un paso importante, que te avanzo en primicia. Vamos a poner en marcha una 'app', llamada Family Red, que permitirá poner en contacto, de forma permanente, a las familias de personas desaparecidas entre sí y con distintas figuras que podrán asesorarles psicológicamente y jurídicamente. Se presentará oficialmente en marzo.

P.: Por desgracia, siguen habiendo desapariciones. ¿Cómo haces para evitar que los casos que tratas no te afecten?

P. L.: Para mí, los casos dejaron de serlo para convertirse en causas. La sensación de ser útil para paliar el sentimiento de una familia es lo que me lleva a seguir ahí. Continúo luchando contra viento y marea para que la televisión pública tenga un espacio para potenciar esa solidaridad con estas situaciones. También estoy en Radio Nacional de España, impulsando esta causa.

"He recibido alguna propuesta política"

P.: Es cierto que, desde 'Quién sabe dónde', la televisión pública no ha apostado por ningún programa similar.

P. L.: En el 2018, durante tres meses, se emitió 'Desaparecidos', programa que dirigí y en el que aparecí de forma simbólica. Fue un espacio que demostró que se puede, desde la televisión pública, contribuir a dar difusión a los casos de desaparecidos.

P.: ¿Te gustaría volver a primera línea mediática, como presentador de un espacio en prime time?

P. L.: En este momento, volver no es mi aspiración. Admiro a personas que, como Julia Otero, sí lo han hecho, me parece muy valiente. Estoy en una actitud abierta, si mi presencia puede volver a ser útil, pero tener notoriedad pública no es una motivación personal o una necesidad. Digamos que tengo muy amortizado mi ego personal hace mucho tiempo.

P.: Además de Ciencias de la Comunicación, estudiaste Ciencias Políticas. ¿Te imaginas tu vida como político?

P. L.: Formé parte del movimiento estudiantil, con todas las consecuencias que tenía vivir en una dictadura. Me llevó a pasar por la cárcel y al exilio. Estuve en la tercera galería de Carabanchel entre dos y tres meses, en prisión provisional a la espera del juicio en el Tribunal de Orden Público. Luego me exilié a Ginebra, donde fui acogido como refugiado político por ACNUR. Recibí alguna propuesta política, pero siempre entendí que mi trabajo era la comunicación, que es a lo que quería dedicarme.

"No descarto trabajar con mi hija Berenice"

P.: En tus inicios, trabajaste en la radio con Iñaki Gabilondo. ¿Qué recuerdas de él?

P. L.: He seguido manteniendo una relación personal. De él aprendí prácticamente todo. Iñaki tiene una gran sensibilidad humana. Recuerdo que siempre dedicaba la primera parte de cualquier reunión a preguntarte cómo estabas.

P.: Hablemos ahora de reconocimientos. Tienes tres TP de Oro y una Medalla de Andalucía, entre otros premios. ¿Qué importancia les das?

P. L.: Acabo de recibir uno que es especialmente importante, el Premio Andalucía de Periodismo a toda mi trayectoria profesional. Este galardón, además, lo deciden colegas de profesión y es muy gratificante.

P.: Berenice sigue tus pasos en el mundo de la comunicación. ¿Le has dado algún consejo?

P. L.: Ella está en el instituto de RTVE, se está formando en el área de producción y comunicación. De manera colaborativa, ahora está llevando a cabo un podcast llamado 'Ecootalks', donde entrevista a distintos perfiles. En cuanto a consejos, lo que le digo es que lo importante es que haga las cosas con pasión y dedicación, algo que no le falta.

P.: ¿Te gustaría trabajar con ella?

P. L.: ¿Por qué no? No lo descarto, aunque ahora es mejor que tenga su autonomía. Berenice tiene 20 años y aún está en una dimensión inicial, de aprendizaje, pero está haciendo un rodaje muy bueno.

P.: Háblame de los proyectos en los que estés inmerso.

P. L.: Seguiré con el trabajo de la fundación, con la 'app', los foros con familias de desaparecidos... También tengo un par de cosas entre manos, dos proyectos audiovisuales, pero, de momento, no puedo adelantar nada. Y quiero seguir impulsando una producción llamada 'Hijos de Andalucía', donde se narran biografías de personas distinguidas con la Medalla de Andalucía, pero es un proyecto de continuidad.