Irene Rosales cumple 30 años: así es la mujer que ha salvado a Kiko Rivera
Irene Rosales es quien, a base de mucho amor y paciencia, le ha ayudado a superar sus problemas y lo apoya incondicionalmente
Dice Kiko que su mujer, Irene, tiene el cielo ganado por todo lo que ha hecho por él. Y sentencia, con voz emocionada: "Por mucho que haga o diga, no podré agradecérselo lo suficiente". Siendo así, no es de extrañar que la sevillana, que hoy cumple 30 años, sea el mayor pilar del DJ, alguien que le demuestra, día a día, lo orgullosa que está de él y de la familia que juntos han formado.
Kiko y sus deudas con Hacienda
El matrimonio aceptó participar en "Gran Hermano Dúo" por dinero. Nunca lo han ocultado, empezando por Irene, quien reconoció dentro de la casa que esperaba tener más trabajo gracias al concurso y que el dinero (se especuló con un caché semanal para ambos de entre 35.000 y 45.000 euros) sirviera "para salvar la deuda con Hacienda de Kiko, que la tiene desde que yo empecé con él y es un agobio".
Esa sinceridad y esa naturalidad con las que la sevillana habla son las claves con las que ha conquistado a la audiencia y también lo que enamoró a su marido quien, hasta que la conoció a ella, vivía rodeado de mujeres que sólo querían una aventura y una foto para hacer un plató de televisión, un posado ligeras de ropa en una revista... Justo lo que Irene Rosales ha rechazado de plano y lo que asegura que no hará jamás.
Y eso, a pesar de que su historia nunca fue fácil. Kiko se pasó casi dos años intentando conquistar a la que hoy es la mujer de su vida. Pero Irene se resistió hasta que, el 24 de abril del 2013, formalizaron su romance. De ahí que ambos lleven un "24" tatuado: ella en el brazo y él, en una pierna.
Kiko: "Mi madre necesito? dinero y yo me lo habi?a gastado en cosas malas"
Desde aquel instante, Irene Rosales, una sevillana con una vida de lo más normal que había trabajado como socorrista, camarera, coctelera y dependienta de una tienda de ropa, supo que iba a estar en el punto de mira, que dirían que estaba con él por su dinero. El tiempo ha demostrado todo lo contrario.
Al poco de entrar en la casa de "GH Dúo", la parejita hizo una confesión que nos dejó helados: el "dj" había tenido serios problemas con las drogas y se había gastado todo lo que ganaba y más, dejando a Irene completamente sola y al frente de la casa, con una cría pequeña y embarazada. "En un determinado momento, que es de donde viene gran parte de mi depresión, tuve adicción a las drogas. Tenía compañías muy malas –reconoció un Kiko muy arrepentido–. Y gracias a mi mujer y a mis amigos de verdad he conseguido salir de ese mundo".
Hubo un momento en el que ir a trabajar era una fiesta, puro derroche. Irene ha admitido que han tenido épocas tan malas en las que ni siquiera podían pagar el alquiler de su casa y él ha ido más allá en sus explicaciones: "El día en que más me arrepentí de tanto derroche fue cuando mi madre estaba donde estaba (en prisión) y hacía falta un dinero. Yo lo tenía y me lo gasté. Ese día fue uno de los peores de mi vida. Pensaba: “¡Qué carajo he hecho!” Alguien de mi sangre necesita eso que yo he tenido y me lo he gastado en cosas malas... Eso me va a doler hasta el fin de los días".
Así las cosas, Irene tuvo que componérselas para salir adelante, porque la sevillana asumió ella sola el infierno hasta que Kiko reconoció su problema con las drogas y accedió a desintoxicarse. Sólo cuando ya se vio incapaz fue cuando le pidió ayuda a su entorno. "Después de intentarlo todo y ver que no podía, metí a su familia –ha confesado Irene–. Pero antes me lo comí yo todo sola con dos embarazos y sin un céntimo. Sólo quería que se recuperara para que pudiera disfrutar plenamente de sus hijas y de su hijo. Yo no pude hacerlo de mi padre [hace 16 años se cayó en el trabajo, tenía un tumor cerebral y sufrió mucho desde entonces] y quiero que él lo haga. Pasaría una y mil veces por lo mismo con tal de verle como está ahora. Todo el mundo me preguntaba por qué no lo dejaba. Y yo decía que primero, porque lo amo con locura y segundo, porque aunque lo dejase iba a seguir ayudándole a salir de aquello".
"He estado muchos an?os poniendo copas detra?s de una barra"
Irene ha sido la tabla de salvación de un Kiko Rivera que, hace años, estaba en un pozo, a punto de ahogarse. "En los peores momentos siempre ha estado ella –confiesa el hijo de Isabel Pantoja–. Y aún ahora, yo no puedo ir a ningún sitio solo. No me dejan. Estoy muy bien porque he salido de eso, pero necesito apoyo para disfrutar de la vida, que no la he disfrutado".
La sevillana, lejos de echarle en cara sus vicios, sus compañías o sus ausencias, se ha convertido en la mujer que más le apoya y se enorgullece al asegurar que, tras sus problemas económicos, Kiko ha aprendido a valorar las cosas, por lo que está segura de que ese infierno no se repetirá nunca más. Aunque también es consciente de que, para empezar de cero con sus niñas, que es lo que ambos ansían, necesitaban una propuesta laboral potente.
Fue entonces cuando les ofrecieron participar juntos en el primer "GH" por parejas. "Nos ha venido caído del cielo –reconoció Irene entonces–, por eso ni nos lo pensamos. Me han propuesto muchas más veces ir a “realities” como “Supervivientes” y este año, cuando se presentó esta oportunidad... [...] He estado muchos años poniendo copas detrás de una barra ganando 6 o 7 euros a la hora para vivir dignamente. Y no he entrado aquí para coger más fama, sólo lo hacemos por nuestras hijas, para empezar de cero y que lo que ganemos sea para vivir".
Según el periodista Pepe del Real ("El programa de Ana Rosa"), los problemas de Kiko fueron extremadamente serios. "A mí me han dicho que Kiko ganaba 9.000 euros en una noche de bolo y llegaba a casa sin un céntimo". Algo que el propio Kiko reconocía poco después en el concurso al confesarle a Alejandro Albalá, exnovio de su hermana, Chabelita, que empezó a ganar "dinerales" a los 17 años, que estuvo así una década y que se lo fundió todo. "He malgastado mucho por mi mala cabeza –le reconoció a Alejandro–. Tenía seis coches en mi casa y me llegó el palo. Yo he ganado casi 5 (millones de euros) y podría tener ahora todas mis cosas bien. Ahora hay que recuperar y que mis hijos no tengan que comerse el marrón de su padre. Eso es lo único que quiero. Para mí, ha sido un milagro entrar aquí".
Una nueva vida, al lado de su gran amor
El suicidio del "dj" sueco Avicii con el cristal de una botella hizo que Kiko se replantease su vida. Quiso salir a flote y allí estaba Irene, la mujer tranquila que sólo saca las garras cuando ve que alguien le hace daño. Ella le ofreció el salvavidas que ha cambiado su destino.
Irene Rosales sigue siendo el salvavidas de Kiko en sus peores momentos, como en la guerra abierta que mantiene con su madre, Isabel Pantoja, y haciendo gala siempre de una discreción admirable, intenta poner paz siempre en todos los conflictos que afectan a su marido. Kiko no deja de declarar el inmenso amor que siente por ella y ambos comparten no sólo una preciosa familia sino también momentos tiernos y divertidos en pareja.