Esta semana, y mientras se emite la serie de televisión «Arde Madrid», en la que Paco León refleja tan bien el Madrid más desenfrenado de los años 50 y 60, nuestro colaborador nos recuerda que no sólo en la capital había juergas en los tablaos.
Y es que en 1952, Jaime Peñafiel fue invitado por los duques de Windsor a acompañarles a Biarritz. Allí, la gran Pastora Imperio, junto con Gitanillo de Triana, había abierto un local llamado «El Duende», para competir con el famoso Casino, la única atracción de la ciudad, con el mejor cuadro de baile y cante flamenco.
Para nuestro colaborador, aquello fue un auténtico descubrimiento. Él venia desde una ciudad tan pecata y reservada como Granada, nieto de un magistrado famoso por imponer con excesiva frecuencia la pena de muerte a garrote vil, e hijo de un ingeniero bondadoso y tranquilo y de una dama de comunión diaria, protectora de conventos de clausura.
Así pues, todo lo que encontró allí de dejó absolutamente asombrado… Te lo cuenta esta semana en tu revista Pronto.