Joan Manuel Serrat: así fue su último y emocionante concierto

Se ha ido porque ha querido, porque Joan Manuel Serrat podría haber seguido llenando estadios, plazas de toros y teatros hasta llegar a centenario. Pero, aunque él es consciente de la absoluta fidelidad de su público, el pasado 23 de diciembre, cuatro días antes de que soplara las velas de su 79º cumpleaños, el Noi del Poble Sec se subió por última vez a un escenario.

"Proclamo mi despedida por voluntad propia", les dijo a las 15.000 personas que esa noche histórica abarrotaron el Palau Sant Jordi, entre los que estaban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su mujer, Begoña Gómez, y un par de ministros. El recital, en el que se vio a un Serrat tan emocionado como con ganas de disfrutar de la velada, era el último de una gira de ocho meses, 'El vicio de cantar', en la que, con 74 conciertos en diversos países de América y por toda España, este legendario artista se quiso despedir de todos los que le han acompañado a lo largo de sus casi 60 años de carrera. ¡Seis décadas, casi nada!

"Tocaré y compondré en casa, es posible que grabe un disco, pero no volveré a los escenarios", había avanzado, en el mes de abril, el intérprete de 'Mediterráneo' cuando empezó esa última gira con un concierto en Nueva York.

Serrat: así fue su camino a la cima

Hijo de Josep Serrat, un fontanero afiliado a la anarquista CNT, y Ángeles Teresa, una costurera originaria de Belchite (Zaragoza), Joan Manuel nació el 27 de diciembre de 1943. Su infancia en el barrio barcelonés del Poble Sec le marcó tanto que sus primeras canciones recogieron las gentes, los escenarios y las miserias de aquella Barcelona vencida de la posguerra.

Con 12 años, se fue a estudiar bachillerato a la Universidad Laboral de Tarragona y, años después, se graduó gracias a una beca como perito agrónomo, profesión que nunca llegaría a ejercer porque la música se cruzó en su camino.

El Serrat joven de aquella época era un devoto oyente de 'Radioscope', un innovador programa de Radio Barcelona que presentaba Salvador Escamilla y que era uno de los pocos que se hacían en catalán. Él, que ya componía sus propias canciones, contactó con ellos y consiguió que le invitaran a cantar en el estudio. Era 1965, interpretó 'Una guitarra' y arrancó del público la primera de las incontables ovaciones que se sucederían en los años venideros.

Al poco, la discográfica Edigsa le llamó para grabar su primer disco y Serrat entró a formar parte de Els Setze Jutges, grupo de cantautores catalanes que daría origen a la Nova Cançó. Al año siguiente, sacó su segundo disco con una de sus canciones más conocidas, 'Ara que tinc vint anys', aunque sería en su tercer vinilo cuando grabaría la mítica 'Paraules d’amor'.

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