Jorge Javier Vázquez habla en el Congreso de los Diputados de su duro pasado
El presentador de 'Supervivientes: All Stars' ha recordado cuando estudió en un colegio religioso
Jorge Javier ha desvelado que, a pesar de haberse enfadado con algunos compañeros de 'Sálvame', no se arrepiente de haberse rebelado contra las personas que estaban "empezando a colar declaraciones de la ultraderecha, bulos, declaraciones homófobas y machistas".
Según el presentador, él mismo pertenece a "una generación a la que le faltan muchos recursos intelectuales para detectar ciertos comportamientos" y que esto es algo que "tendremos que pararlo", ya que algunos medios, según su opinión, son "demasiado condescendientes con según qué declaraciones que todavía se siguen produciendo".
Jorge Javier, sobre su infancia: "Me producía un terror horroroso"
Jorge Javier Vázquez, además, ha recordado que, durante su infancia, era conocido como el "marica" del barrio, una etiqueta que también tuvo que soportar en el colegio. "Fue muy triste porque yo tenía miedo cuando había reuniones de padres o había una fiesta en el colegio porque no quería que mis padres escucharan que yo era el marica de la clase. Eso me producía un terror horroroso", ha explicado.
"Luego la cosa fue a peor porque me metieron en un colegio del Opus Dei, donde estuve hasta los 18. Ahí me di cuenta de que la homosexualidad estaba muy latente, pero reprimida", relató con su habitual sentido del humor.
Jorge Javier: "Hay que luchar para no volver a aquella época"
Ana Rosa Quintana y Jorge Javier Vázquez cuando trabajaban juntos.
Además, ha desvelado que con 20 años empezó a llevar "una vida un poco normal" y, cuando comenzó a hacerse popular en el programa de Ana Rosa Quintana de Antena 3, muchos le criticaron por no representar al colectivo: "Yo decía: ¡pero por Dios, si no sé ni lo que soy yo, a quién voy a representar!".
Por eso, haciendo "autocrítica", ha reconocido que "vivir sin referentes nos ha hecho encontrarnos los unos a los otros con muchas heridas y que no tuviésemos una concepción sana ni alegre de lo que era el amor". Eso sí, ha hecho especial mención a Jordi Petit o Armando Fluvià como primeros defensores del colectivo. "Por eso hay que luchar para no volver a aquella época en la que éramos solitarios y tristes, que es lo peor que se puede ser", ha concluido.