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Jorge Javier no está pasando por un buen momento.

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Jorge Javier Vázquez, de 51 años, ha reconocido en diversos medios de comunicación que no se encuentra en el mejor momento de su vida y ha dado a entender que más pronto que tarde, tendrá que decidir sobre su futuro. "Tengo muy claro que, antes de que me echen, me quiero ir yo", soltó recientemente en una entrevista en Onda Madrid para promocionar las funciones finales de su obra teatral "Desmontando a Séneca", pues, entre las opciones que baraja, está dejar la televisión, un medio que lo ha convertido en una estrella y que le ha proporcionado un mullido colchón económico, pero que también le ha exigido una entrega total y le ha hecho sufrir mucho.

Matizó sus polémicas declaraciones

Tras esas declaraciones, de pronto, se dispararon las alarmas y algunos medios digitales titularon que se retiraba por los menguantes índices de audiencia de “Sálvame”, que la cadena ya no confiaba tanto en él...

Así que, en la siguiente entrevista que concedió, en este caso al programa "El faro" de la cadena SER, matizó sus palabras: "Yo mismo me he quedado flipado con el revuelo –aseguró–. Dije que, llegado el momento, me gustaría detectar que ya no conecto y tomar yo la decisión de dejarlo. Yo creo que hay un momento en el que la gente dice “basta, hasta aquí”, pero creo que todavía no ha llegado".

Al periodista le apasiona la actuación.

Sobre los motivos de su actual estado "de bajón", podrían estar los menguantes índices de audiencia de "Sálvame" y de "Sábado Deluxe"; sus polémicas broncas con invitados y colaboradores de los programas que presenta y, sobre todo, el hecho de que no ha sido capaz de superar la muerte de su gran amiga Mila Ximénez, fallecida el 23 de junio.

“Ahora soy razonablemente feliz"

Tal vez por eso, Jorge ansía una vida más sencilla y, en una reciente entrevista confesó: "Yo siempre digo que cuando se acabe esto, pienso en irme de España una temporada para recuperar un poco el anonimato y para poder hacer vida de barrio" y, sobre sus 12 años al frente de "Sálvame", confesó: "A mí me importa poco el legado. La filosofía del programa es entretener. He ­sido feliz, muy infeliz y ahora soy, bueno, razonablemente feliz".